Lo que queda de la crisis: el paro, los salarios y la capacidad de compra en La Rioja continúan resentidos

Pese a situarse entre las regiones prósperas de España, La Rioja aún acumula facturas pendientes para cerrar las heridas de la crisis

ROBERTO PÉREZ

LOGROÑO.

Martes, 9 de octubre 2018, 08:38

Hace ahora once años, la crisis asomaba en España y, en cuestión de meses, empezaba a caer a plomo. En el 2008, la recesión se había instalado en toda España de forma generalizada -con más o menos intensidad-. Era el principio de un sexenio negro. ... Hasta el 2014 no empezó a verse la luz, no comenzó la remontada. La economía crece desde entonces, pero a pie de calle sigue convaleciente. Las cicatrices que dejó la crisis no se han cerrado. Algunas de aquellas heridas tardarán aún años en curarse del todo.

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La Rioja, pese a presentar unos indicadores de renta y actividad superiores a la media española, también está peor ahora que hace once años. Ha sido una década pérdida en términos de empleo y riqueza, aunque ha servido para reconducir las economías domésticas tras los excesos de aquellos años del 'boom' que acabaron en descalabro colectivo.

Producto Interior Bruto

La renta per cápita ha crecido menos que el coste de la vida

Superadas las tasas negativas que el Producto Interior Bruto (PIB) se anotó mientras duró la crisis, desde el 2014 está aumentando año a año de forma ininterrumpida. Lo hace en el conjunto de España y también en La Rioja. Pero esa tasa de crecimiento todavía es inferior a las que se daban hace diez años. En el 2008, el PIB riojano creció el 3,3%, cinco décimas más que el aumento que registró en el 2017.

Por su parte, la renta per cápita regional se situó el año pasado en 26.044 euros -mil más que la media española-. Este indicador, que cayó durante la crisis, ha remontado hasta situarse por encima de la cifra del 2007, pero solo en términos nominales. Y es que, en realidad, ese aumento no ha sido tal si se computa lo que se ha encarecido la vida. Así, si se descuenta el efecto de la inflación, resulta que la renta per cápita de La Rioja da bastante menos de sí ahora que hace once años.

La renta per cápita ha crecido, pero menos que la inflación. Por eso les rinde ahora a los riojanos el 10% menos que en el 2007

En todo este tiempo, el coste de la vida ha aumentado bastante más que la renta, tanto en La Rioja como en el conjunto de España. Contando la inflación, resulta que la actual renta per cápita les rinde a los riojanos el 10% menos que la de hace once años.

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Trabajo y sueldos

Casi 7.500 empleos menos, más tasa de paro y salarios que siguen a dieta

El pasado septiembre se cerró en La Rioja con poco más de 127.000 afiliados a la Seguridad Social. Son unos 7.500 menos que los que había el mismo mes del 2007. Es decir, pese a que en los cuatro últimos años ha ido remontando el empleo, aún no se ha compensado el que se destruyó durante la recesión. Al cierre de septiembre, la tasa de paro se situó en el 9,6% en La Rioja (14% nacional), casi el doble de la que había en la región en el 2007.

Los sueldos tampoco se han recuperado. Las revalorizaciones salariales se las ha tragado la inflación. Por eso, el salario medio de La Rioja rinde menos que el del 2007. Según los últimos datos del INE, el salario bruto medio en La Rioja ronda los 21.000 euros -casi 1.800 menos que el salario promedio nacional-. Ese sueldo bruto medio ha subido en La Rioja el 11,64% en diez años, pero el problema es que la inflación ha aumentado el 12,63%. Así que, en realidad, el sueldo medio riojano ha retrocedido casi el 1% en términos de poder adquisitivo. Y esto hablando del salario medio estadístico. Si se entra en detalle, se observa que la corrección ha sido especialmente severa en los salarios medios y bajos, que son los mayoritarios.

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Reformas en lista de espera

Asignaturas pendientes que llevan más de diez años sin resolverse

¿Qué hace falta para relanzar el empleo y los salarios? El presidente de la Federación de Empresas de La Rioja (FER), Jaime García-Calzada, reclama, entre otras medidas, reducir «la enorme presión fiscal que limita las posibilidades de inversión empresarial y el consumo»; un acuerdo nacional para abaratar la energía; atajar «la enorme burocracia» que sigue entorpeciendo el emprendimiento; que, «de una vez por todas», el Estado acometa en La Rioja «una potente inversión en infraestructuras de comunicación»; y mejorar las políticas de formación, porque sigue habiendo sectores con serias dificultades para encontrar mano de obra cualificada.

Particulares y empresas han reducido a la mitad su deuda con los bancos, pero el sector público la ha disparado

Por su parte, el máximo responsable regional de UGT, Jesús Izquierdo, subraya como prioridad la derogación de la reforma laboral. «Se está creando empleo, pero no es el que había antes de la crisis: ahora abundan los contratos a tiempo parcial y los sueldos bajos», destaca. Eso explica que, ahora, «el 14% de quienes tienen un empleo en España estén bajo el umbral de la pobreza, por eso estamos peleando para que se implante un salario mínimo de mil euros». Respecto a la creación de esos 7.500 empleos netos que necesita La Rioja para volver a las cifras precrisis, el máximo responsable regional de UGT se muestra escéptico: «El sector industrial y la construcción se están recuperando muy lentamente; la construcción ocupaba a 14.000 personas en La Rioja antes de la crisis, frente a las 3.500 de ahora».

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Tejido productivo

Menos empresas, menos capacidad de generar riqueza

El tejido empresarial de La Rioja ha cambiado sustancialmente en los diez últimos años. Hay menos empresas pequeñas y medianas y «eso hace que el tejido productivo tenga menos capacidad para generar riqueza», indica el economista José Ignacio Castresana, profesor de la Universidad de La Rioja.

«El número de microempresas y el de grandes empresas es similar al que había antes de la crisis, y hay en torno a un 5% más de autónomos sin asalariados; pero, por contra, La Rioja tiene ahora del orden de un 10% menos de medianas empresas, y un 24% menos de pequeñas empresas» que cuando comenzó la crisis. El dato positivo es que las empresas que han quedado están financieramente más saneadas que hace once años. Y también se ha ganado en actividad exportadora.

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Economía de los hogares

Las familias, menos endeudadas y con más dinero ahorrado

Al contrario de lo que ha hecho el sector público, que disparó su deuda financiera durante la crisis -y la sigue engordando ahora, pese a la recuperación económica-, las familias se apretaron el cinturón y sanearon drásticamente sus cuentas durante la recesión. Ahora se han animado a consumir, pero tras acumular abultadas tasas de ahorro y desendeudarse. Así ha sido en el conjunto de España, también en La Rioja. Baste un dato: en el 2007 los riojanos -particulares y empresas- debían a los bancos algo más de 12.000 millones de euros; ahora, unos 6.800 millones.

Y, al mismo tiempo, sus reservas de dinero han engordado. Los riojanos tienen ahora en cuentas bancarias casi 1.800 millones más que en el 2007, sin contar lo que tienen ahorrado en otros productos financieros.

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Deuda pública

La Administración sigue gastando por encima de sus posibilidades

Al contrario del fuerte saneamiento económico acometido por hogares y empresas, la deuda pública es cada vez mayor. Pese a la recuperación, el endeudamiento del sector público sigue engordando. Los ayuntamientos sí que entraron en cintura, pero no la Administración central ni las autonómicas. En el caso de La Rioja, la deuda pública autonómica rozaba ya los 1.600 millones de euros la pasada primavera, el 470% más que en el 2007.

Hace once años, la deuda financiera del Gobierno riojano equivalía al 3,5% del PIB regional; ahora asciende al 19,2%. Aún así, es una tasa de endeudamiento «discreta» si se compara con el 41,8% que se da en la Comunidad Valenciana, el 34,5% de Cataluña o, en números redondos, el 25% de media del conjunto de las autonomías.

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Sector inmobiliario

La vivienda vale la mitad que en el 2007 y el mercado se recupera con lentitud

El 80% del patrimonio de los hogares está invertido en ladrillo. Así que una depreciación inmobiliaria como la que se produjo tras estallar la 'burbuja' en el 2007 ha sido un mazazo brutal a la riqueza de las familias. Esa 'burbuja' hizo que se sobrevaloraran las viviendas, precios por las nubes inflados por una enloquecida política crediticia que acabó pasando factura al sistema financiero.

En La Rioja, el mercado inmobiliario tocó fondo en el tercer trimestre del 2015, después de haberse depreciado la vivienda el 57% en apenas ocho años. Quien compró justo antes de que estallara la «burbuja» se ha llevado la peor parte: compró en máximos y, de inmediato, empezó a ver cómo se esfumaba su inversión porque los precios se despeñaron durante años.

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En los últimos ejercicios se han ido animando las compraventas, pero de forma moderada. Y, en consecuencia, lo mismo ha ocurrido con los precios. Hoy por hoy, en La Rioja el precio medio de la vivienda es el 49% inferior al del 2007, según el último informe de la entidad de tasaciones Tinsa. En el conjunto de España, la depreciación acumulada es menos gruesa, de entorno al 36%.

Banca

Una de cada tres sucursales ha cerrado, casi mil empleos perdidos

En el 2008 había en La Rioja medio millar de oficinas de bancos y cajas; ahora, unas 300 según las últimas estadísticas del Banco de España. Ha sido otra consecuencia directa de la crisis y de la reconversión forzosa de las entidades financieras.

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En diez años se han cerrado en La Rioja 185 oficinas, el 37% de las que había. Si se tiene en cuenta la ratio media de empleados por oficina que se da a nivel nacional, todas esas sucursales que han cerrado en La Rioja han supuesto la desaparición de prácticamente mil empleos.

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