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Luz verde definitiva para el Presupuesto de La Rioja del año 2025, que contará con 2.084 millones de euros y que este jueves se aprobó en el Parlamento regional con el beneplácito de la mayoría absoluta del Partido Popular, que no necesitó ni las dos abstenciones de Vox ni se vio afectado por los catorce votos contrarios del Partido Socialista y Podemos-Izquierda Unida.
Durante más de seis horas de sesión plenaria el hemiciclo del Parlamento riojano albergó el, en muy escasas ocasiones, encendido debate de las enmiendas que los grupos parlamentarios habían presentado a las Cuentas regionales. Hasta 1.253 aportaciones había recibido el texto presupuestario inicial pero apenas se aceptaron un puñado de las planteadas por los grupos de la oposición.
El presidente del Gobierno de La Rioja, Gonzalo Capellán, tomó la palabra como principal valedor de la Ley de Presupuestos para reclamar el valor del dinero de los riojanos: «Estos recursos no proceden de ninguna dádiva del Gobierno de España, sino que salen del esfuerzo de los contribuyentes riojanos, de los trabajadores, de los autónomos y de las empresas». «Quien sostenga lo contrario lo hará sonrojándose y haciendo el ridículo», remarcó antes de exponer que su modelo de gestión económica «no cree en el sobreesfuerzo de los riojanos, sino que busca el alivio fiscal con la bajada de impuestos y con la inyección directa de recursos en el tejido productivo».
Antes de pedir a los parlamentarios su apoyo a los Presupuestos y a la ley de acompañamiento (Medidas Fiscales y Administrativas), destacó Capellán varias cifras, a su juicio relevantes, de la marcha de la economía riojana fruto de su gestión al frente: 57 millones más para la sanidad; reducción de las listas de espera hospitalaria a menos de 60 días; 50 millones más y 400 nuevos profesores para el sistema educativo; educación y comedor gratuitos para niños de 0 a 3 años; acceso gratuito a la universidad para más de mil estudiantes riojanos; más becas comedor...
Antes del presidente, habían desfilado por el atril parlamentario los distintos portavoces de las formaciones con hueco en la Cámara riojana para defender sus propuestas, algunas de lo más variopinto como la expuesta por Henar Moreno (Podemos-IU) para adquirir los Cines Moderno y destinarlos como núcleo cultural y cinematográfico de gestión pública. No cayó en gracia de la mayoría de sus señorías la propuesta de Moreno, ni apenas ninguna de las trasladadas por su grupo. Lo que sí quedó patente fue su reclamación de que los Presupuestos tuvieran un «cariz más social» y más volcados con «el tercer sector», una solicitud a la que también se sumaron los parlamentarios socialistas que pidieron más inversión pública y más igualdad en una coyuntura económica, según detalló Miguel González de Legarra, de lo más favorable gracias al «espectacular panorama de la economía estatal». «España es la mejor economía del mundo, gracias a Pedro Sánchez, y es la que le permite sacar adelante estos presupuestos pese a su [la del PP] descerebrada política económica. España va muy bien, incluso a pesar de ustedes», entonó Legarra. En materia de sanidad y educación, también los socialistas afearon la pretensión del Gobierno de hacer creer que estos son las cuentas más sociales de la historia. «No es cierto, dejen de privatizar nuestra salud», remachó María Somalo, cuyo discurso se completó con el de Ana Victoria del Vigo: «En igualdad tienen un cero y eso siendo generosos».
La eliminación de gastos superfluos centró los argumentos y las enmiendas de los representantes de Vox, que pidieron la eliminación de figuras innecesarias a su entender como el Defensor del Pueblo de La Rioja o el IRVI, retirar subvenciones a sindicatos y entidades como la Barranca o incluso la desaparición de la Consejería de Economía para que se integre en Hacienda.
Además de las discrepancias entre los grupos sobre las propuestas sobre sectores concretos como el primario, «en una profunda crisis», según Henar Moreno, o las acusaciones de las escasas referencias sobre el acceso a la vivienda, los parlamentarios tuvieron algún enganchón a cuenta de la aplicación de la Ley de Memoria Democrática. Si PSOE y Podemos-IU criticaban la tibieza del Gobierno de Capellán sobre esta materia, Vox arremetía con la norma y pedía directamente su derogación.
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Tuvo su tiempo la portavoz del PP, Cristina Maiso, que defendió el proyecto presupuestario como «municipalista, austero y riguroso». Poco más de sí dio una sesión que contó con la presencia en su bancada del flamante nuevo secretario general del PSOE, Javier García, y que finalizó con las votaciones y el aplauso satisfecho del grupo popular.
Justo antes de las votaciones de los proyectos de Ley (el de Presupuestos y el de Medidas Fiscales y Administrativas), el popular Carlos Cuevas abundó en las directrices sobre fiscalidad contenidas en la segunda norma y que esta no reflejará más que la enmienda de Vox para incluir un gravamen reducido del 0,1% en la adquisición de vivienda habitual para beneficiar a las familias numerosas y personas con discapacidad.A continuación, la presidenta del Parlamento, Marta Fernández Cornago, visiblemente incómoda, se vio en la insólita tesitura de repetir un par de votaciones de las enmiendas por las involuntarias discrepancias en los votos de los diputados de Vox, finalmente subsanadas sin mayor revuelo
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