La pareja del padre de Carolina: «Adriana me esperaba con el coche, me seguía y me insultaba»

En este calvario llegó a sentir «miedo», relató. Hasta tal punto era así que le explicó la situación al padre de un amigo que era policía local por si en algún momento podía estar pendiente cuando ella salía del trabajo.

De hecho, en una de esas ocasiones, al terminar su jornada laboral, se encontró el coche rayado y supuso que lo había hecho Adriana Ugueto porque siempre estaba por la zona a esas horas. Lo denunció, pero como no tenía pruebas la denuncia fue archivada.

En los apenas veinte minutos de declaración, la novia del padre detalló las insinuaciones que Adriana Ugueto vertía sobre ella. Aseguraba que «yo consumía drogas y lo hacía en los estados de WhatsApp y también en redes sociales». Las mismas redes que habría usado para espiarles. Según su relato, la madre también mintió sobre la enfermedad que padecía la pequeña. «Decía que tenía leucemia cuando no era así y la gente nos preguntaba por la calle cómo se encontraba Carolina».

Sobre los cuidados del padre hacia la menor, de quien tenía la custodia, contó que nunca dejó de llevarla a sus citas médicas. Una versión contraria a la de la procesada. En las cartas de despedida que dejó a su padre acusaba al progenitor de Carolina de utilizar a la pequeña: «Ese psicópata la utiliza y le hace daño con todo lo que le hace y le dice... Sabes lo que es que Carolina me diga: mamá quiero estar contigo o que llegue sin higiene o esté llena de moluscos o como hoy, que tiene una tos, tenía una carita de pocha...».

Nada que ver con lo relatado por la pareja del padre. Era Adriana quien «siempre la traía con todo del revés, incluso las braguitas, no sé si lo hacía por provocar», incidió.

En la misma sesión, la testigo describió la rabia que debía sentir la acusada cuando ella peinaba a la pequeña y le ponía coletas. Adriana se encargaba de despeinarla «porque no soportaba que la peinase yo», señaló. Así se lo decían varias familias que veían el comportamiento de la madre a las puertas del colegio, así como el abuelo paterno de la niña.

La procesada se enfrenta a la pena de prisión permanente revisable por el delito de asesinato con el agravante de parentesco. Según la Fiscalía, Adriana Ugueto y su madre, Olga Febles, urdieron un plan para acabar con sus vidas y también con la de la pequeña Carolina y así lo llevaron a la práctica el 26 de enero de 2020 en la habitación 404 del Hotel Los Bracos, en Logroño. Ambas, según la versión del fiscal, se trasladaron de Haro, donde residían, hasta la capital a primera hora de la mañana. Una vez en el hotel, drogaron y asfixiaron a la pequeña, luego, con la ayuda de la abuela, Adriana se hizo varios cortes en muñecas y muslos. Esa misma tarde, Olga Febles abandonó el hotel, se dirigió a la zona denominada Mirador del Ebro y se tiró al río. Su cuerpo fue hallado dos días después. Antes, el 27, la acusada habría intentado tirarse por la ventana de la habitación. Un vecino alertó de lo que estaba sucediendo. Poco después, la policía hallaba el cuerpo de la pequeña, de 5 años, sobre una de las tres camas y todo lleno de sangre.