«Me pareció un incentivo para asumir los gastos de comprar»

De un pequeño municipio a otro con tan solo diez vecinos. Santiago García, de 43 años, dejó atrás hace dos semanas su vida en Oyón para fijar su residencia en Cellorigo, localidad riojana que tan solo tiene una decena de habitantes censados, según el INE. «Estuve mirando para comprar una casa por un pueblo, porque valoro mucho la tranquilidad, pero la que quería se me iba un poco de precio. En cuanto me enteré de que la ayuda para adquirir una vivienda era hasta los 45 años, me atreví a solicitarla», recuerda este riojano natural de Torrecilla en Cameros.

En su caso, pidió esta subvención para poder comprarse una casa de más de cien metros cuadrados. «Por motivos personales, necesitaba mudarme a una vivienda que tuviese tres habitaciones, pero si no fuese por esta ayuda, no sé a dónde me hubiese ido. Igual hubiese tenido que alquilar algo, pero me ha cuadrado todo y estoy contento, porque después de toda una vida trabajando, por fin he podido comprarme una casa», reconoce este joven que decidió afincarse en Cellorigo porque «cuando estuve mirando casas por los pueblos de la zona, me encantaron las vistas de este».

Hace apenas un mes que solicitó la ayuda y, desde entonces, no hace más que desear que se la concedan. «Estoy esperando ansioso, llamo cada dos días al asesor para ver si hay alguna respuesta», asegura antes de añadir que «en cuanto me digan que sí, pido una hipoteca y firmamos, porque ya hicimos un contrato de arras; ya tengo todo apalabrado», asegura García, que estima que al residir en una localidad de menos de 500 habitanes, le concederán la cuantía máxima de la ayuda, 40.000 euros (cifra que representa el 40% del total).

Pablo Herce percibió el Plan Revive como «una ayuda interesante» para poder cambiar las ventanas de su casa, situada en Quel, su localidad natal. «Es una reforma que llevábamos tiempo aplazando por la inversión económica que supone, porque solo las de la cocina y el salón ya supone una inversión de 5.000 euros», explica este joven riojano de 36 años. Hace cuatro años, que fue cuando compraron su vivienda, «no había ayudas para reformar, por lo que no pudimos hacer frente a todo lo que deseábamos cambiar, pero salió esta subvención y decidimos cambiar las ventanas, que es una de las reformas que nos quedaban pendientes en casa». El problema, sin embargo, es que todavía no sabe si le van a conceder esta ayuda, que ha solicitado a pesar de que «me han pedido un montón de requisitos (como un informe de un arquitecto, del estado del edificio o del registro) cuando se trata de algo tan simple como es cambiar unas ventanas».