Los pantanos riojanos siguen perdiendo agua

El que más agua ha cedido es, afortundamente, el que mejor estado presenta. Se trata de Mansilla, que se encuentra al 85,2% de su capacidad, después de perder 0,57 hectómetros cúbicos. Por su parte, el de Pajares ha perdido 0,15 hectómetros cúbicos y se queda en el 34,2% de su capacidad. Y el de González Lacasa, tras ver cómo se 'evaporaban' 0,09 hectómetros cúbicos se ha quedado con 17,2, lo que supone un poquito más de la mitad de su contenido (52,1%).

La reserva de agua embalsada en toda la cuenca del Ebro se sitúa en un 49%, una cifra que, según los datos históricos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, está muy lejos de la habitual para estas fechas. La CHE recuerda que en 2022 la cifra ascendía al 76% de agua y que, en los últimos cinco años, el porcentaje era todavía mayor: un 80%.

Con el valle del Iregua y casi la mitad del Ebro en situación de emergencia, los agricultores esperan qué posibilidades de riego van a tener, aunque los frutales parecen condenados a recibir solo una mano de agua. Todo depende de las lluvias, si es que llegan. Porque las previsiones, en las últimas semanas, han resultado erróneas y apenas se han registrado precipitaciones. Para mañana y para el miércoles, así como para el próximo fin de semana, se pronostican tormentas. A ver qué pasa esta vez.