Enciso empieza a desembalsar después de duplicar su volumen en un mes

El 15 de mayo de 2023, tras muchos años de construcción y agrias polémicas, Enciso superaba una de las grandes pruebas a las que se debe someter una presa. Almacenaba en ese momento 46,9 hectómetros cúbicos, es decir, el 101,6% de su capacidad. A partir de ese momento empezó a soltar agua al Cidacos para seguir con el riguroso proceso de control de estas infraestructuras. Siete meses después, la siguiente fase concluía tras dejar en mínimos el embalse, que entonces sólo almacenaba 2,1 hectómetros cúbicos.

Comenzaba su andadura oficial que ahora vive otro momento importante. Las lluvias de las últimas semanas han llenado el gran valle que cierran los 103 metros de pared de hormigón de la presa.

Jornadas marcadas por las precipitaciones continuadas que han provocado un aumento espectacular en el agua embalsada. El pasado 24 de febrero, la Confederación Hidrográfica del Ebro cifraba en un 47,5% el volumen de agua almacenada.

Solo un mes después, esta cifra se ha duplicado y ayer rozaba el 93%. Es decir, de 22 hectómetros cúbicos ha pasado a 43,6. Para hacerse una idea de que representa ese crecimiento se puede decir que la lámina de agua ha 'escalado' 22 metros en este corto período.

Ayer, el nivel parecía acercarse al labio superior de la presa, pensado para el desembalse cuando se llega a la cota máxima. Pero no va a caer el agua por el hormigón, como hace unas semanas ocurría en el embalse de Pajares. A las 9.00 horas se abrieron los desagües inferiores y comenzó a salir un potentísimo chorro que aportará un extra al ya abundante caudal del río Cidacos.

El objetivo, como siempre, es tener controlado el cauce del río, permitiendo un resguardo suficiente en caso de que se produzcan intensas precipitaciones los próximos días o que desde las montañas continúe llegando agua al pantano. La Confederación Hidrográfica del Ebro monitoriza en tiempo real la situación de este y de todos los embalses de la cuenca para gestionar de la manera más eficiente el agua, pero también para garantizar la seguridad de ríos y entornos.

El de Enciso es el ejemplo del crecimiento más rápido en los pantanos riojanos (solo en la última semana ha sumado 6,5 hectómetros cúbicos) para alcanzar al resto de infraestructuras. Pajares continúa siendo el embalse porcentualmente más lleno (98,9% tras una levísima caída), seguido por la otra infraestructura del Iregua, el González Lacasa (95%). Mientras el ya citado Enciso está al 92,7%, Mansilla ganó 1,8 hectómetros cúbicos en la última semana para situarse al 89,1%.

En total, de los 182 hectómetros cúbicos que pueden almacenar estos cuatro embalses (el de Terroba continúa sin ser una realidad), se encuentran almacenados 169,3, lo que significa un 93% de la capacidad.

Y todo eso con la perspectiva inmediata de que durante las próximas jornadas las lluvias continúen en distintos puntos de la comunidad, tras las del pasado fin de semana que dejaron otra vez nieve en la sierra riojana.