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El pasado 6 de abril, Isam no llegó a ver al pasarela del Ebro. La última parada la hizo unos metros más arriba, en la entrada al parque ribereño desde el aparcamiento del Revellín. Allí le asaltaron sus presuntos asesinos y allí le dejaron agonizar durante toda la madrugada ... . Este sábado, el lugar del crimen se llenó de flores, de velas y de recuerdos al término del homenaje que, a pies de la pasarela, organizaron para él un grupo de amigos y conocidos. Más de 500 de personas se unieron a ellos (un millar según la Policía Nacional) en un acto que también sirvió para condenar la violencia gratuita y lamentar la trágica y precipitada despedida de un chico alegre, vital, colaborador, trabajador... De «una estrella», como le definió, entre lágrimas, uno de sus amigos.
Su Marruecos natal y su Colombia querida se dieron la mano en el parque del Ebro. Sus compatriotas del otro lado del estrecho y sus amigos de la otra orilla del Atlántico le recordaron con cariño y lágrimas. Redouane Jellal, secretario de la Federación islámica Al Firdaus recitó el Corán tras rechazar «toda la violencia» y desearle paz y descanso. Fue antes de que Domi Vega, de la Asociación Colombiana de La Rioja, recordara que Isam siempre quiso viajar a Colombia. «Era voluntarioso, humilde, siempre dispuesto a ayudar, siempre de corazón...». Porque Isam, describió un amigo, era el mejor producto de la interculturalidad.
Sonó Víctor Jara junto a la pasarela para recordar su amor por la música, hubo lágrimas, besos al aire, furtivos abrazos y gestos de ánimo y consuelo. «La última persona a la que podías imaginar que le pudiera pasar esto era a Isam. No había cultura con la que no hubiera convivido», lamentaba otro de sus íntimos.
También el alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, tomó la palabra (al acto también acudieron, entre otros, Conrado Escobar y Rubén Antoñanzas). Fue claro. «La maldad existía, existe y existirá y se combate con cultura, con educación, con diálogo», dijo el primer edil confiando en que los responsables «paguen por ello y podamos descansar en paz».
Hermoso de Mendoza invitó al «diálogo» para combatir las diferencias «en el colegio, en la calle, en los bares, en los barrios», única vía para que «esto no suceda en una ciudad como Logroño».
«Vuela estrella vuela», le recitó un amigo. «Aún no era el momento; nunca saldrás de nuestro corazón». Logroño tampoco debería olvidar nunca a Isam Haddour.
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