«En todos los países he tratado de representar a La Rioja con orgullo»

El ceramista jarrero de reconocido prestigio internacional Rafael Pérez ha recogido este domingo en San Millán de la Cogolla el Galardón de las Artes y la Cultura de La Rioja, con el que ha elevado esta disciplina a la máxima distinción institucional que otorga la comunidad en el ámbito cultural (nunca antes se había entregado a un ceramista). «Es una gran alegría recibir este galardón, puesto que supone el máximo honor al que un artista riojano puede aspirar», ha reconocido nervioso nada más recibir el premio de manos del presidente del Ejecutivo regional, Gonzalo Capellán.

Pérez, desde el Refectorio Mayor del monasterio de Yuso -la meteorología ha obligado a celebrar el acto institucional del Día de La Rioja a cubierto-, ha recordado cómo la actividad frenética que ha llevado a cabo durante sus más de 40 años de trayectoria le ha permitido visitar muchos países del mundo y muchas personas «distintas e interesantes» y, por supuesto, «abrir los ojos». En todos ellos, ha asegurado, «he tratado de representar a mi pueblo y a La Rioja con el orgullo y con la satisfacción de comprobar que nuestra tierra es bastante más conocida de lo que hubiera podido imaginar. Decir Rioja es decir vino y muchas puertas quedan abiertas».

Durante su intervención, ha recordado cómo su infancia le volvió «nacionalista de mi pequeña patria, esa que una puede recorrer andando cuando es niño, que me ha marcado de manera decisiva en lo que soy ahora». El río Tirón, las inmediaciones de Haro, San Felices o Villalba... esos han sido «los límites tan pequeños y grandes al mismo tiempo» que, junto a las exposiciones y viajes al extranjero, le han conformado como artista.

Pérez, a pesar de su renombre, siempre resultó menos conocido en su tierra, donde lleva más de cuatro décadas explorando esta disciplina de manera profesional. En ella procuró desarrollarse como creador de la manera en la que concibió el arte, que percibió como «un camino hacia adentro, como un modo de conocimiento, de buscar la belleza y de sentir la concordia con lo realizado».

Emprendió una búsqueda personal, que ha calificado de «un privilegio al alcance de pocas personas». «Hacer lo que te gusta y poder vivir de ello, sin jefes, sin horarios y sin más compromisos que los pactados con uno mismo, resulta sin duda una suerte excepcional», ha afirmado. No constituye un gran aliado de las «grandes certezas» y, por eso, su trabajo siempre se ha dirigido hacia la búsqueda o la investigación. Su motor, desde entonces, siempre ha resultado ser la sorpresa, «el hallazgo o el encuentro insospechado».

Toda esta biografía tan íntimamente ligada a su manera de entender el arte y de constituirse como artista han vertebrado su discurso de agradecimiento por recibir el galardón. «He tenido la suerte de nacer en una buena familia, en el sentido Machadiano, que fueron comprensivos con un hijo difícil que abandonó los estudios y, aún así, comprendieron y aceptaron mi verdadera vocación. Hoy me hubiese gustado muchísimo que mis padres estuviesen aquí, estoy seguro de que se sentirían orgullosos».

Durante su intervención, el artista, además de compartir su alegría por el reconocimiento, ha querido hacer partícipe de esta distinción a su mujer, que dejó su trabajo de profesora «cuando éramos muy jovencitos para sumarse a esta aventura en la que siempre me ha acompañado y ha colaborado en la creación de muchas de mis obras». Pérez también ha extendido su agradecimiento a sus hijos, nietos, resto de familiares, amigos que le han felicitado y vecinos jarreros, con los que siempre se ha sentido «querido y respetado». Asimismo, ha tenido palabras de agradecimiento para Fernando Riaño, «un buen amigo y una gran persona merecedora del reconocimiento de Riojano Ilustre que hoy se le otorga».

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