La anunciada liberación de la autopista AP-68 desde noviembre de 2026 tendrá un efecto inmediato a partir de entonces: la exención del abono en los peajes para los conductores que circulen por esa carretera. Pero no sucederá en todo el recorrido, en los 294,5 kilómetros de pago de la conocida Vascoaragonesa que une Bilbao y Zaragoza. Porque en el tramo vasco la intención de las diputaciones forales de Álava y Vizcaya, que tienen transferidas las competencias de la gestión y el mantenimiento de las carreteras, es aplicar una tarifa por el uso de esta vía de alta capacidad «siguiendo las directrices europeas», aseguran portavoces de ambas instituciones, al tener la AP-68 un carácter transeuropeo porque conecta el norte de Europa con Portugal con la denominación E-804.
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La administración vizcaína se ha sumado ahora a la propuesta que la alavesa ya comenzó a desarrollar en la pasada legislatura cuando se creó una ponencia para decidir la financiación de las vías de alta capacidad (autopistas y autovías, preferentemente). El resultado, entonces, fue la contratación de un estudio que determine las condiciones de cobro, porque eliminar los peajes de manera absoluta como sí asumen en La Rioja, Navarra o Aragón no se concibe en el País Vasco.
En este sentido, el diputado de Infraestructuras de Vizcaya, Carlos Alzaga, ha descartado recientemente liberar la autopista en su territorio. «En principio no tengo motivos para pensar que va a ser gratis, es necesario tener un peaje o pago por uso para poder llevar a cabo la conservación de la vía o mantener la redistribución de tráficos por el territorio», ha declarados en medios vizcaínos.
La AP-68 se extiende por 24 kilómetros en esa provincia, desde Arrigorriaga hasta pasado el municipio de Orozko, y otros 55 por Álava, hasta Zambrana, en la muga con La Rioja. En esos casi ochenta kilómetros seguirá habiendo peajes y, en este caso, sí habrá una 'armonía' en la interpretación de cuál debe ser el futuro de la autopista Vascoaragonesa: el pago por uso. De hecho, existe sintonía entre las dos diputaciones a la ahora de trabajar juntos en la fórmula de los peajes que se podrán aplicar.
«No habrá ánimo de lucro en las tarifas», aseveran portavoces oficiales del Departamento de Infraestructuras Viarias alavés, porque el dinero que se recaude del bolsillo de los conductores «se destinará a conservar y mantener la carretera». Añaden, asimismo, que habrá «bonificaciones y exenciones para familias con ingresos bajos, para quienes realizan viajes frecuentes...».
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Sin embargo, esta medida repercutirá negativamente en los riojanos que se tengan que desplazar, a partir de noviembre de 2026, al País Vasco. El recorrido por la AP-68 hasta el límite con Álava –ahora el último peaje es el de Haro– será gratuito pero a partir de la muga habrá que pagar. «Nosotros no podemos valorar las decisiones que toman otras administraciones», señalan desde la Consejería de Política Local e Infraestructuras de La Rioja, cuando además «no afectan» al territorio de la comunidad. «Pero no contemplamos otro escenario que no sea el de la gratuidad», al menos cuando la competencia sea de carácter estatal.
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La liberación de la autopista llegará quince años después de lo que podía haber sido porque en 2000 el Gobierno central del PP, con José María Aznar al frente, amplió la concesión, que vencía en 2011, por tres lustros. Aquella decisión se 'compensó' con una rebaja del peaje del 39,5% y con una promesa de desdoblamiento de la N-232 que nunca llegó. Además, los compromisos de rescate anticipado de la AP-68 han sido también incumplidos sistemáticamente por los ejecutivos populares y socialistas que ha habido en Moncloa. La esperanza que tiene ahora el Gobierno regional es que la 'nueva' vía vertebre la comunidad autónoma con más enlaces, en San Asensio y entre Aldeanueva de Ebro y Alfaro para dar servicio a la comarca de Cervera.
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La factura que le han supuesto al Ejecutivo riojano las bonificaciones por el tránsito en la AP-68, para intentar calmar las protestas de la ciudadanía que reclamaba la supresión del peaje –y minimizar los datos de siniestralidad de la N-232–, ascienden a 70 millones de euros desde el año 1999. Entonces se aplicaron las primeras rebajas para el tramo Logroño-Agoncilo. Luego se ampliaron a las idas y vueltas en todo el tramo riojano con lo que, por ejemplo, el viaje en coche de Haro a Alfaro –y a la inversa– está libre de peaje si el desplazamiento se realiza en 24 horas y se utiliza el sistema de pago Vía T.
Asimismo, los vehículos que hagan recorridos con origen en los enlaces de Cenicero, Navarrete, Logroño o Agoncillo y el destino sea cualquiera de esos puntos también quedan exentos de peaje. Y desde 2017, además, se financia también en un 75% el desvío obligatorio hacia la autopista de camiones de cuatro ejes desde Zambrana a Tudela. Estas bonificaciones en vigor le cuestan al año 5,5 millones al Gobierno riojano.
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