Pagar «impuestos por tener perro»

Nuestro primer lector se declara amante de los perros y, sin embargo, considera que deberían pagar impuestos (sus dueños) del mismo modo que se paga por los vehículos, «que manchan menos que los perros». Y se explica. «El otro día pasé por unos soportales y es lamentable la cantidad de meadas de perro que hay en las columnas, que se van a hundir. A ver si estos animales pagan impuestos como los demás porque no sé qué va a pasar, que hay más perros que niños».

María del Pilar, vecina de Logroño, quiere dar las gracias a Renfe y a las tres limpiadoras que se ocupan de los aseos de la estación de ferrocarril. «Gracias a ellas las personas mayores que estamos dando una vueltecilla por allí podemos entrar a esos servicios que están sumamente limpios sin que la Policía Local nos pueda multar, dado que se nos cierran las puertas de los váteres en establecimientos como los bares», explica. E insiste en que «la estación hay que cuidarla, por eso ruego a sus usuarios que no se lleven lo que no es suyo y se acuerden de estas limpiadoras».

Nuestro siguiente lector responde a la mujer que días atrás se quejaba de la ubicación del oso navideño en las Cien Tiendas (en Juan XXIII esquina Doctores Castroviejo) porque argumentaba que tenía dificultad para girar. «La verdad es que es increíble, porque el día de Reyes pasará la cabalgata por allí y está estudiado para que pueda pasar y girar la comitiva de los magos sin problemas», comenta.

«La tarde del 28 de diciembre escuché algo especial en el Ayuntamiento de Logroño, un coro de personas con discapacidad de la asociación Igual a ti, apoyado por el coro Con dos bemoles. Escuchar y ver cantar a personas con dificultades en la normalización fue para mí muy emocionante. Y que sea en Logroño donde todo esto haya comenzado me hace sentir orgulloso de ser logroñés», explica un vecino de la capital.

También de Logroño llama una mujer molesta con el servicio de Urgencias del Hospital San Pedro, donde acudió días atrás con mucho dolor en una pierna y la rodilla inflamada. «Y cual fue mi sorpresa cuando me dijeron que me tenía que atender mi médico de primaria y no fueron capaces de darme ni una pastilla para el dolor, esto es inhumano». Tras pasar por su médico de familia, donde le pusieron un vendaje, «aún tuve que bajar días después al Carpa porque tenía líquido y me dieron un corticoide. Al menos me dieron algo, porque en el San Pedro ni una pastilla para el dolor, es vergonzoso», concluye.

Cerramos con una queja por la degustación de chocolate celebrada días atrás en el barrio de La Estrella, que comenzó con una hora de retraso. «Aunque se trate de los barrios y no del centro, tiene que haber puntualidad, porque diez o quince minutos se puede esperar, pero una hora es demasiado», se queja el lector.

Regresamos a la calle Montesoria. Un vecino se lamenta de su mal estado. Muestra cómo salen hierbas en la acera así como en la carretera, cómo se acumulan algunas de las hojas caídas de los árboles y añade que puede verse la falta de numerosas baldosas. Esto hace intransitable este tramo de la vía y «pasa el tiempo y la calle sigue igual», termina a la espera de su arreglo.

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