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La obesidad es la causa del 55% de los casos de hipertensión, del 23% de enfermedad cardiaca e implica hasta un 40% más de riesgo de cáncer de mama postmenopáusica. Datos, todos ellos preocupantes, que ayer abordó la endocrinóloga María Jesús Chinchetru, adjunta del Hospital ... San Pedro y Especialista en nutrición, durante la charla 'Obesidad: ¿Es una enfermedad?', enmarcada en el ciclo de conferencias saludables que organiza el Colegio de Médicos de La Rioja.
– La obesidad es ya un problema, ¿también en La Rioja?
– En el último estudio, en torno al 18% de la población de La Rioja tenía un índice de masa corporal mayor de 30, es decir, obesidad como tal, que es una barbaridad. Y en estudios que se han realizado en niños hace cuatro o cinco años, La Rioja era una de las comunidades donde más obesidad se registraba y estos son datos muy preocupantes.
– ¿Por qué aquí los niños son más obesos?
– No es que se atribuya a algo en concreto, pero si ha aumentado es por la comida basura y los procesados. Disminuye el consumo de fruta y verdura y eso que es recomendable que la mitad de lo que comamos en el día sea fruta y verdura. También se está abandonando la actividad física, no transmitimos a los hijos que hagan ejercicio y ya no se baja tanto al parque a jugar. En los niños se está recomendado que haya como mínimo una hora de actividad al día y eso no se está cumpliendo. Sus hábitos son sedentarios, no estamos promoviendo que seamos activos.
– ¿La sociedad es consciente de los riesgos asociados a la obesidad?
– Los pacientes saben que están obesos, pero no se quieren enfrentar a ello, el 75% no lo reconoce. Cuando es una enfermedad conlleva muchos riesgos a nivel cardiovascular, se duplican las tasas de diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y tumores. Hay incluso consecuencias de depresiones y ansiedad. La infección COVID es mucho más grave en pacientes obesos. Nosotros lo que queremos admitir es que efectivamente es una enfermedad y que tener sobrepeso conlleva tener muchas más enfermedades asociadas. Por tanto, hay que tratarlo como tal y lo primero es que el paciente lo reconozca. En el tema del reconocimiento sabemos que hay muchas barreras desde el punto de vista sanitario porque al paciente obeso se le culpabiliza: está gordo porque come y no siempre es así. Hay muchas situaciones que promueven el aumento de peso, tanto fármacos como falta de movilidad prolongada o pacientes que tienen más facilidad para aumentar de peso que otros. Como las personas obesas siempre se han sentido juzgadas son las primeras que no se quieren enfrentar a ello. Luego, el tratamiento es pesado, es un cambio de hábitos y no es que tenga resultados inmediatos. La obesidad hay que enfocarla como una enfermedad crónica que hay que tratar como tal desde el sistema sanitario y el paciente se tiene que enfrentar a ella como una enfermedad.
– ¿La cirugía bariátrica es el último recurso?
– Antes de la cirugía tenemos algún fármaco y hay pacientes que vienen pidiendo tanto lo uno como lo otro, pero no funcionan si no existen unos hábitos adecuados. De hecho, tenemos pacientes operados que si no cumplen una alimentación adecuada vuelven a recuperar el peso perdido. Se dan fármacos a pacientes comprometidos con el cambio de hábitos. Muchas veces te dicen: cuando me operes me voy a portar superbien, pero claro esto no va así. Realmente la obesidad es una enfermedad compleja. Hay pacientes que tienen que perder 40 kilos y perder tanto peso con alimentación y ejercicio es sumamente complicado por no decir imposible. La cirugía bariátrica también tiene sus efectos secundarios y el clínico tiene que poner en una balanza lo que le va a aportar y los posibles efectos secundarios. En la obesidad hay una situación en la que aunque hagas alimentación y ejercicio no consigues lo que quieres y la cirugía es un poco la forma de desbloquear esa situación.
– ¿Hay un componente de adicción a la comida?
– Sí, sobre todo a los hidratos de carbono, a las grasas, a los procesados y a los dulces. Por tanto, el apoyo psicológico es muy importante. Al final son pacientes con un componente de adicción que es lo que les impide bajar de peso, por eso es muy importante el tratamiento multidisciplinar.
55% de los casos de hipertensión están relacionados con la obesidad.
23% de los pacientes con enfermedad cardiaca isquémica provocada por la obesidad.
– ¿Es partidaria de la dieta mediterránea?
– Cuando vamos a hacer un plan dietético tenemos en cuenta que lo que coma sea de calidad y aporte los ingredientes adecuados para su situación. Y la dieta mediterránea, hoy por hoy, se ha demostrado que protege contra muchas enfermedades. Luego está la cantidad de lo que se come. Soy prodieta mediterránea, pero si quieres conseguir reducciones de peso tienes que adaptar lo que estás comiendo y, además, hacer un déficit calórico.
– ¿Y el ayuno intermitente?
– Se están haciendo estudios y falta tiempo para llegar a grandes conclusiones, pero los estudios hasta ahora van bien. Disminuye el riesgo cardiovascular y la resistencia a la insulina. Pero lo que pasa es que con la ansiedad que tienen los pacientes, la restricción, en ocasiones, despierta que luego tengan más descontrol comiendo.
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