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Miércoles Campo Viejo
La mayor bodega de Rioja cambia de manos. Son cosas que pasan; las empresas se venden, se compran, algunas viven y otras mueren. El hecho de que quien compre sea un grupo extranjero y quien venda también solo es un dato más. Eso pasa en el vino, en las escayolas y en los crecepelos.
O quizá no lo es. Un dato más, digo. Porque Rioja es, sí, una industria sujeta a los mismos parámetros que todas: lo que se ... vende vale y lo que no, pues no. Pero también es un asunto que lleva detrás una cultura, una forma de vida y un terruño. Si las dos cosas, industria y tierra, van de la mano, todo bien. Pero qué pasa, ay, cuando los intereses de la una y los de la otra no casan.
En realidad, que casen del todo es prácticamente imposible. Lo más a lo que se puede aspirar es a un equilibrio que por fuerza ha de ser inestable. Cuando las cosas van bien es más fácil. Pero cuando no, como ahora, las costuras se notan más.
Miren por ejemplo. Para Pernod Ricard, la multinacional que se va de Rioja, eso del vino era una pequeñez innecesaria, de la que se libra con alegría y sin remordimiento. Ningún hilo le ligaba a esta tierra ni a su sostenibilidad. Decisión económica fue invertir, decisión económica es desinvertir un año después de haberse llevado una morterada de dinero público para destilación. Una medida por cierto destinada a que algo estructural cambiara, pero que no consiguió nada de eso.
Ahora vienen unos australianos con fama de apretar a sus proveedores. Ya veremos. Pero convendría no olvidar que, con el modelo actual de gobierno del Rioja, el peso de las multinacionales que gestionan volumen es mucho mayor el de los pequeños que están pidiendo un cambio de modelo. Las corporaciones son conservadoras para eso de cambiar beneficios actuales por futuro. Y eso es, ahora mismo, lo que se necesita.
Lunes Elena
Leo una vez más la historia de Elena Tejada. No creo que les suene el nombre, y quizá sea mejor. Es una chica riojana, policía de profesión, que en 1992 se fue a vivir a San Sebastián con una consigna: convertirse en otra persona, alguien a quien ETA quisiera captar por su propia voluntad. Hubo otros que lo intentaron, solo ella lo consiguió. Durante años sacrificó toda su vida, toda su juventud, para un bien absoluto como era acabar con la banda asesina desde dentro.
De sus manos llegaron unos cuantos éxitos en aquella pelea. Pero para ella el premio ha sido una no-vida. Desaparecida, escondida, casi exiliada durante muchos años sabiendo que la buscaban con una pistola en la mano.
Deseo de todo corazón que aquellos años hayan pasado, que Elena Tejada haya encontrado la paz que merece por los sacrificios que hizo. Y que, aunque ella prefiera estar siempre oculta, le llegue al menos el eco del agradecimiento que todos le debemos.
Domingo Fútbol
Esto del fútbol es una cosa con muchas esquinas. Algunas nada buenas, pero otras tan maravillosas que uno, con el tiempo, las recuerda casi con lágrimas. Supongo que lo del domingo será uno de esos momentos, más valioso porque hace un mes nadie lo esperaba y porque ese grupo de tantas formas y colores era capaz de representar a todo el mundo a la vez.
En fin, que en medio de tanto lío y tanto Trump y tanta mandanga, vienen estos tipos y nos hacen felices durante un rato largo. Qué más queremos.
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