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Un senderista pasea por el frondoso bosque del barranco de El Rajao, en Tobía, esta misma semana.

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Un senderista pasea por el frondoso bosque del barranco de El Rajao, en Tobía, esta misma semana. Justo Rodríguez
Rutas

Otoño, patrimonio natural de La Rioja

Las últimas lluvias han devuelto la belleza a los frondosos bosques riojanos de las Sierras de Cebollera y la Demanda, y a rincones mágicos como el barranco de El Rajao

Diego Marín A.

Logroño

Sábado, 28 de octubre 2023, 20:04

Es verdad que en otoño enrojece la viña y el mar de vides de las faldas del monte Yerga, Valsalado y los meandros del Ebro en Haro y El Cortijo se convierten por unos días en un océano de fuego imaginario. Pero el 35% (84.000 hectáreas) de La Rioja es masa forestal, por lo que el patrimonio natural es innegable. A pesar de la sequía de primavera y verano, las lluvias de otoño han contribuido a embellecer el paisaje.

Claro que, para disfrutar de este, hay que salir de la ciudad, del entorno urbano y disfrutar de cómo, a apenas unos minutos en coche, podemos sumergirnos en un frondoso y maravilloso bosque como el del barranco El Rajao de Tobía. En este precioso hayedo el paisaje se vuelve no de cuento sino de novela, con la tierra alfombrada de hojas, minúsculos puentes para salvar hermosos y coquetos arroyos. El terreno es apto para senderistas, con diversos recorridos circulares; montañeros, pues desde allí se puede ascender a picos como el La Rioja (1.562 metros de altitud) y Peñalba (1.244); y también para aficionados a la micología, con abundantes boletus, níscalos, senderuelas, setas de cardo....

«Lo más singular de la zona de El Rajao es el hayedo, todo el borde del río Tobía, por los colores ocre que la hacen mágica. Y lo bueno es la variedad de paisaje, conforme subes encuentras robles y pinos, que hacen contraste. Y ya en las cumbres se combina con el pastizal», explica Enrique Serrano, ganadero cuyas vacas y caballos pastan por las peñas de Tobía y que preside la Asociación de Ganaderos Las Cuevas. Su rincón favorito, apunta, es Las Tres Aguas, donde el valle de abre en confluencia con el río Tobía, que baja recién nacido de los Pancrudos.

«Es el hayedo más grande de La Rioja y creo que también es el más bonito», declara Javier Díez Varela, secretario del club de montaña K2 de Nájera, cuyos miembros visitan a menudo la zona. «La naturaleza es protagonista en todo el valle, con muchos tipos de árboles. Y la entrada es impresionante, por las peñas de Tobía y las rocas calizas de Peñalba, dos accidentes geológicos muy característicos, con los Pancrudos al fondo», describe Díez Varela. Y una curiosidad: en la pista forestal asfaltada en la que se convierte la carretera LR-432 encontramos una imagen de la Virgen de Valvanera, inicio de la popular 'Cuesta Reniega', una preciosidad en otoño. «Muchos pueblos acuden a ese camino porque de ahí puedes llegar al monasterio», apunta Díez Varela.

Otro punto espectacular es Sierra de Cebollera, uno de los dos parques naturales de La Rioja, junto al Alto Najerilla. Allí encontramos numerosos puntos desde donde parten rutas senderistas, como Villoslada, hacia la laguna de la Nava o Mojón Alto, o la ermita de Lomos de Orios, hacia cumbres majestuosas como Mesa de Cebollera (2.163 metros), la segunda más alta de La Rioja, rodeada de relieves de origen glaciar. Las hayas, robles, abedules, arces, olmos, álamos y fresnos se suceden en los densos bosques de la media montaña, mientras que, ya en las cimas, el terreno es más inhóspito y pedregoso, aunque las vistas, inigualables. En el corazón de Sierra de Cebollera también podemos visitar las cascadas de Puente Ra. Cabe destacar el sendero de La Blanca, adaptado para personas con movilidad reducida.

«Lo más singular de la zona de El Rajao es el hayedo, por los colores ocre que la hacen mágica», explica Enrique Serrano

«La entrada es impresionante, por las peñas de Tobía y las rocas calizas de Peñalba», describe Javier Díez Varela

Tal vez no tengamos experiencia en montaña y nos dé miedo adentrarnos en el frondoso bosque, pese a que hay muchas rutas señalizadas. Una opción óptima es la Finca Ribavellosa, de Almarza de Cameros. En este otro paraje espectacular de naturaleza existen 12 kilómetros de caminos bastante accesibles entre pinares, hayedos, encinas... que, sobre todo, ofrecen ya no un espectáculo visual sino sonoro y olfativo. Ribavellosa es un lugar perfecto para iniciarse en la montaña porque no tiene pérdida y se puede acudir en familia, jugando con los niños a encontrar las figuras de animales que el guarda forestal esculpe en los troncos.

Finca Ribavellosa, para iniciarse en la montaña

En su contexto

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Situada en Almarza de Cameros, cuenta con 12 kilómetros de senderos circulares, muy aptos para familias.

Parque natural Sierra de Cebollera

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Ideal tanto para senderistas como para montañeros y aficionados a las setas, con muchas rutas de diferentes niveles y variedad de paisajes.

Sierra de la Demanda, para todos los deportes

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Sierra del Moncalvillo, desde Sojuela

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