Ordenadores y relojes que hablan a quienes no ven

La exposición comienza con una muestra de estos instrumentos como las lupas electrónicas para baja visión o magnificadores digitales, que ya han dejado atrás las clásicas lupas de mano, o los bastones de movilidad, diferenciados por colores. Los rojos, por ejemplo, son para personas sordociegas. «Es muy poco lo que se conoce sobre quienes padecen esta doble discapacidad, pero son más de lo que se cree», ilustraban los responsables durante la visita a esta muestra, que permite conocer la revolución que sigue representando el sistema braille.

Ya existen adaptadores para el ordenador capaces de reproducir los textos en braille gracias a un sistema basado en piezas móviles que suben y bajan formando los puntos de los símbolos. Un avance que se puede comprobar durante el recorrido, así como otras aplicaciones que transforman cualquier texto escrito en voz o amplían los caracteres al máximo para los que mantienen un residuo visual. Sin embargo, pese a que las posibilidades son infinitas, en el caso de los usuarios escolares, tal y como explicaron, se insiste en que se sigan poniendo al frente de un teclado normal, «porque van a ir al cole, van a interactuar con amigos, van a tener que ir a empresas...».

La muestra también permite conocer el amplio material didáctico destinado a mejorar la inclusión en los centros escolares, desde mapas en relieve, 'legos' inclusivos o cuentos y libros transcritos al braille, enormes si se comparan con los convencionales. «Un libro de matemáticas de la ESO puede equivaler a 14 volúmenes». Los materiales adaptados para jugar al fútbol, jugar al golf o hacer montañismo también tienen su sitio en la exposición, donde se pueden ver desde balones sonoros a una tabla de ajedrez, muy practicado por las personas ciegas. Las piezas negras llevan, en su parte superior, un bulto redondeado. En el parchís, las fichas tienen formas geométricas, pero, como en casi todo, está adaptado para que puedan jugar a la vez personas invidentes con videntes.