«Nos ayudan a disuadir la delincuencia y a esclarecer los hechos»

A pesar de que en la localidad solo sufren «algún hecho puntual» de actos vandálicos contra el «mobiliario urbano» y «no tenemos muchos robos», han servido en algunos casos «para identificar al autor de los hechos». «Son positivas, tanto para ayudarnos a disuadir la delincuencia y el vandalismo como para esclarecer quiénes son los culpables de esos hechos», insiste antes de resaltar que también sirven para que los ciudadanos, ante un altercado, «puedan solicitar la grabación a través del juzgado para discernir qué ocurrió».

En Pradejón, se solicitó la instalación de las cámaras «por seguridad» y se habilitaron en ciertos puntos estratégicos para evitar «las malas prácticas» que se estaban produciendo con el vertido de residuos, los hurtos y el vandalismo. «Tuvimos algún hecho puntual, como el que sucedió el pasado año cuando robaron todo el cable del campo de fútbol, pero no tenemos los problemas de robos y de vandalismo que tienen en otras localidades. Estamos bien», asegura su alcalde, Alfonso Pousada.

A pesar de que estos dispositivos pueden servir para «resolver los incidentes si ocurren en el lugar donde están las cámaras, la mayoría se olvida de que están», reconoce antes de añadir que «muchas veces hemos visto altercados o actos vandálicos» a través de estos sistemas.

Una vez puestas, «los vecinos no dicen nada y se olvidan de que están las cámaras, pero sí que las piden cuando no están». A pesar de que la localidad no es muy grande, dispone de 12 dispositivos «para controlar el vandalismo y los robos de cara a los servicios».

No experimentan incidentes graves, pero sí algunos actos que se deben sancionar. «En aquellos puntos donde tenemos habilitados los puntos limpios de vertida de voluminosos, las cámaras de videovigilancia constituyen una herramienta bastante eficaz para sancionar a todos aquellos usuarios que hagan un mal uso del servicio», expone Rubén Gutiérrez, alcalde de Villamediana de Iregua antes de resaltar que los dispositivos que están habilitados en otras zonas, como en las entradas y salidas, también han permitido encontrar a los responsables de los actos vandálicos.

«No tenemos problemas como los robos que se produjeron hace unos años en una sucursal bancaria de la localidad, pero en caso de que estos se produjeran, con las visualizaciones de las imágenes de las cámaras sería más fácil localizar a los autores de los hechos», reconoce el primer edil. Las ocho cámaras constituyen «una herramienta disuasoria para los problemas futuribles, para los que pudiesen surgir», resalta el alcalde de Villamediana.

En Ezcaray solicitaron la instalación de las cámaras tras sufrir «una serie de robos» en el municipio. Uno de ellos sucedió en una carnicería situada «justo al lado» del Ayuntamiento, pero los dispositivos de seguridad del cuartel de la Guardia Civil no fueron suficientes para pillar al autor de los hechos. «Nos dimos cuenta de que si hubiésemos tenido cámaras controlando los vehículos que entran y salen del municipio, podríamos haber sabido qué vehículo estaba implicado», reconoce el primer edil de la localidad, Diego Bengoa.En este punto, considera que la colocación de estos sistemas de videovigilancia constituyen «una buena herramienta disuasoria» y de obtener información «si en un momento dado se produce cualquier altercado». «No se puede decir que Ezcaray sea un pueblo inseguro, pero es un municipio muy turístico, y no cabe duda de que las cámaras se ponen sobre todo para disuadir. Tampoco tenemos que esperar a que pase algo gordo para instalarlas», asegura Bengoa.