El nombre de Juan José Omella suena para presidir la Conferencia Episcopal

Se trata de un sufragio sin candidaturas (para presidente y vicepresidente son elegibles todos los obispos diocesanos y el Ordinario Castrense) ni campaña electoral, pero con un runrún de fondo que señala a Omella como uno de los favoritos para situarse al frente de la institución dado que, al parecer, es el mejor visto tanto por la Santa Sede como por el Gobierno por su perfil negociador con el independentismo en Cataluña, entre otros méritos. Omella, sin embargo, no realizará ninguna declaración al respecto antes de la reunión en la que se elegirá a la nueva cúpula de la CEE, según comunicaron a este diario desde el gabinete de prensa de la Archidiócesis de Barcelona.

Será entre los días 2 y 6 de marzo próximo cuando se celebre la asamblea plenaria para elegir al nuevo presidente de la institución que integra a todos los obispos españoles, tras dos trienios sucesivos de mandato (el máximo establecido) del cardenal Ricardo Blázquez. Junto al de Juan José Omella, para este cargo suenan otros nombres como el del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes; el del actual obispo de Bilbao, Mario Iceta, o el de Getafe, Ginés García Beltrán, estos dos último figuras emergentes del episcopado español.

La votación para elegir a la máxima autoridad de la Iglesia española estará precedida de una votación de sondeo (a modo de información para los obispos). A partir de ahí, en la votación definitiva se precisa de mayoría absoluta (la mitad más uno de los votos), tanto para los cargos de presidente y vicepresidente como para los miembros del Comité Ejecutivo.

Si en las dos primeras votaciones nadie obtuviera la mayoría necesaria, se procedería a una tercera votación entre los dos obispos más votados. Y si en esta votación hubiera empate, resultaría elegido el de mayor edad.

Juan José Omella es, además, el más joven de los cuatro cardenales españoles en activo (junto con Blázquez, Osoro y Cañizares), cargo que no implica favor alguno a la hora de presidir la CEE. Más favorables resultan las bendiciones papales a su persona: fue designado miembro de la Congregación para los Obispos cuando solo era obispo de Calahorra; fue promocionado a la diócesis de Barcelona sin vinculación sacerdotal a tierra catalana y designado cardenal con rapidez. Para quien presida la CEE, el reto no se antoja fácil ante cuestiones como la revisión de las inmatriculaciones, el Concordato o las trabas a la escuela concertada.