Olga García gana el partido... y la partida

Futbolista y gamer. Dos profesiones, una mucho más tradicional y otra de nuevo cuño, con algo en común. Son dos mundos muy masculinizados y en los que las mujeres están ganando, poco a poco, presencia y relevancia gracias a sus méritos. En ambos, Olga García, catalana que ya lleva cerca de cuatro años asentada en Logroño, se ha hecho un hueco. Y un hueco de los importantes. Y no, precisamente, por una cuestión de suerte.

El destino de García parecía ligado al fútbol. «Mis padres decían que cuando era pequeña dormía con un balón», afirma la barcelonesa, quien empezó a dar patadas a ese esférico junto al que descansaba en el Penya Blanc i Blava de la Roca del Valles. Años después firmó por el Barcelona y ahí arrancó una carrera brillante que le llevó a vestir, además de la camiseta del club culé, la del Levante, el Atlético de Madrid y la selección española. «Tengo la gran fortuna de haber podido cumplir todos los hitos que puede alcanzar una futbolista: representar a tu país y jugar en los mejores equipos;solo me faltó el Mundial», relata la hoy delantera del DUX Logroño.

Cuando ella empezó, no existían los referentes que ahora sí hay. Al menos, no tantos como los actuales después de que la selección haya ganado el Mundial o de que Aitana Bonmatí y Alexia Putellas se hayan hecho con el Balón de Oro. «Pero he tenido la fortuna de haber compartido vestuario con las mejores y eso lo ha hecho más fácil», reconoce al tiempo que explica que ella, al contrario de otras, siempre jugó en equipos formados exclusivamente por mujeres. «Nunca he sufrido nada como para decir que me he sentido discriminada», asegura. «En el colegio sí que algunos chicos no entendían por qué una chica era mejor que ellos y a veces te intentaban hacer daño, pero solo con pequeños comentarios», argumenta.

Entre sus logros, hay tres campeonatos de Liga, además de otros múltiples reconocimientos individuales y colectivos. «La gente se piensa que esto es fruto de la suerte y el azar, pero hay mucho curro detrás y mucho sacrificio», explica García. «La carrera del deportista es muy corta y tienes que exprimirla al máximo», añade.

Tan corta es esa carrera que, a los 31 años, García ha decidido colgar las botas. Dejará el fútbol real el 28 de abril para dedicarse exclusivamente a otra pasión, convertida en trabajo, la del fútbol virtual. Su futuro está ligado a los videojuegos.

Olga García sirve ahora de referente a todas esas niñas que empiezan a jugar al fútbol, así como a las que se quieren dedicar a ese otro ámbito que cada vez está ganando más adeptos: el de los videojuegos. Aquello que antes era solo una afición de muchos jóvenes, en algunos casos mal vista por sus padres, se ha convertido en profesión y ahí Olga García ha sido pionera. «Hay pocas chicas que jueguen, sí que hay más streamers, pero este mundo es un poco cerrado y por eso formo parte de proyectos en los que el objetivo es dar visibilidad a las mujeres y que las niñas vean que esto no tiene por qué ser tan masculino», destaca.

La todavía jugadora del DUX, entidad que cuenta con su sección gaming de la que García forma parte, no deja de dar pasos para dar esa visibilidad a los eSports, sobre todo enfocados a las mujeres. De hecho, hace poco se convirtió en la primera futbolista profesional en dar el salto a los mandos e incluso ha vestido la camiseta del Sporting de Portugal en un torneo femenino en el que acabó subcampeona. «Fue un foco de visibilidad muy grande», sentencia. Aun así, quedan pasos por dar, por lo que, preguntada por cómo se ve en cinco años, su respuesta es clara: «Ojalá poder competir con chicos. Se puede conseguir».

Al igual que en el fútbol, García tampoco se ha sentido discriminada por ser mujer en los eSports. «Algún comentario te hacen de 'qué mala eres', pero es de rabia», opina al tiempo que relata cómo saca huecos para compaginar el trabajo con su vida personal y el cuidado de sus dos hijas. «Es complicado, pero se puede. Además, mi pareja me ayuda mucho», sentencia. El entorno familiar es importante y a Olga García siempre le ha apoyado. Cuando quiso jugar al fútbol y ahora. Solo de ese modo se puede forjar una futbolista de videojuegos como ella.

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