«Fue Olga Febles la que mató a la niña y atentó contra la vida de Adriana», alega la defensa de Ugueto

La letrada de la defensa de Adriana ha comenzado su alegato final explicándole a los miembros del jurado la diferencia entre dos principios básicos del derecho, la presunción de inocencia «que obliga a la acusación a demostrar los hechos de los que se acusa al procesado» y el de 'in dubio pro reo'. Lo ha hecho antes de intentar sembrar dudas entre el jurado sobre el trabajo de la Policía Nacional ( «el trabajo investigador ha dejado bastante que desear», ha dicho) y de insistir en que todas las pruebas que se han presentado apuntan hacia la abuela de Carolina, Olga Febles como la la autora del crimen.

Antes de profundizar en esa teoría, la letrada ha lamentado que «la policía científica centrara desde el primer momento en la persona que estaba viva» asegurando que si se hubieran realizado más investigaciones habría «mas pruebas». En ese punto, ha criticado que no se recogiera como prueba el chupete o la almohada con la que, según la versión de las acusaciones, fue asfixiada la niña. De hecho, la letrada también ha puesto sobre la mesa otra posibilidad del fallecimiento. «La niña murió por asfixia mecánica. Podría haber sido una muerte accidental, durmiendo boca abajo...», ha dicho.

«No está demostrado qué sucedió en la habitación y hay que acudir a la prueba indiciaria», ha defendido la letrada para mantener la versión de hechos ya anunciada al inicio del juicio. «La responsable fue Olga Febles, la que mató a la niña y atentó contra la vida de Adriana», ha dicho recordando que en el bolso de la abuela aparecieron dos cuchillos con los que presuntamente atacó a Adriana. En esa línea ha apuntado que «no existe nada que permita relacionar a Adriana con la ejecución de estos actos. No hay ninguna prueba objetiva», ha completado la letarda.

Sobre los motivos de los hechos, la defensa ha apuntado que la abuela de la víctima fue estafada con 85.000 euros y que Adriana «no sabía que su madre se iba a suicidar ni que iba a atentar contra ella y contra la niña.»

La abogada de la defensa ha recordado que las tres mujeres tomaron el día de los hechos Noctamid y ha descartado que «se le administrar a Carolina para que se quedara dormida y no pudiera defenderse», argumento que podría convertir el asesinato en homicidio.

En relación a los vídeos de Adriana, la abogada ha dicho que son «petulantes» al tiempo que ha defendido que «el contenido» de los mismos no es extraño. «Pueden interpretarse como un desahogo, como ella ha defendido. Lo verbaliza todo para poder continuar...», ha dicho al tiempo que ha rechazado que le vídeo en el que aparece la menor sea de despedida. Además, sobre las notas manuscritas, ha insistido la defensa en que «no están fechados» y que se trata de notas de pensamientos y textos redactados «para ser leídos por sus destinatarios por si en algún momento le pasara algo». Frente a estos, la letrada a situado los de la madre de Adriana, «que ponen de manifiesto su intención de suicidarse».

Sobre las manifestaciones espontáneas de la acusada cuando la Policía Nacional le comunica el fallecimiento de su madre (el 29 de enero), la letrada les ha restado valor ya que son «erráticas y contradictorias y efectuadas desde un estado de quiebra emocional, que igual luego no desarrolla un trastorno postraumático. En todo caso hay un médico psiquiatra de urgencias que nos dice que estaba en estado de shock. «Estas declaraciones no se puede considerara como la confesión de un hecho», ha defendido ante el jurado.

En relación a las contradicciones de los familiares de la acusada, la letrada las ha reconocido achacándolas «al paso del tiempo» y a otras circunstancias algo que, ha recordado, también le sucedió a los agentes de la Policía Nacional.