Secciones
Servicios
Destacamos
El Observatorio del Español ya está en marcha. Tras la reunión del pleno del organismo, este lunes en la sede madrileña del Instituto Cervantes –entidad de la que depende funcionalmente–, las autoridades implicadas en su creación explicaron cuáles son sus fines últimos y sus propósitos inmediatos. El presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, acompañaron al director del Instituto, Luis García Montero, en la presentación oficial del Observatorio. Los tres subrayaron la necesidad de «aunar esfuerzos» entre administraciones de distinto signo político en pos de una idea común.
García Montero esbozó las principales guias de actuación del Observatorio: «Se trata de fomentar el conocimiento y prestigio de la lengua, de reforzar la identidad hispanohablante y de proyectar la lengua española en el plano internacional». Para el catedrático y poeta granadino, el Observatorio va a brindar «análisis precisos, hechos por profesionales, que nos ayudarán en la toma de decisiones sobre el uso, estudio y certificación del español».
Aunque en el mundo de las grandes iniciativas es fácil perderse entre emanaciones de humo y exaltaciones poéticas, esta es quizá la labor esencial del Observatorio del Español: recabar informes fiables que permitan desplegar una política lingüística coherente y eficaz. «La creación de este organismo es oportuna, necesaria y útil. Ese valioso tesoro, la lengua, es un elemento dinámico, que evoluciona, y eso nos exige un seguimiento continuo y coordinado», apostilló el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán. El jefe el Ejeuctivo riojano mencionó expresamente la necesidad de que el español «siga progresando como lengua científica».
Sus palabras fueron refrendadas por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, de quien depende orgánicamente el Instituto Cervantes. Albares agradeció a Capellán y a su predecesora, Concha Andreu, «el impulso» para convertir a La Rioja, lugar de las primeras palabras escritas en español, «en un referente de modernidad en cuanto al estudio, el análisis y el aprovechamiento de este idioma». «El Observatorio –aseguró– nace con ese adjetivo, 'global', que define perfectamente a nuestra lengua. El estudio y la recogida de datos será esencial para las políticas de fomento y difusión de nuestra lengua y para su vinculación con la nueva economía digital y las oportunidades que esta abre».
Albares se comprometió a que la siguiente reunión del pleno del Observatorio tenga lugar en La Rioja y desveló una de las primeras acciones aprobadas por la entidad: elaborar sendos estudios pormenorizados sobre la situación del español en dos países considerados clave para su crecimiento futuro, Brasil y Marruecos.
El Observatorio, aunque presentado formalmente ayer por la mañana, lleva ya unos meses trabajando. En mayo de 2024 se incorporaron al centro de San Millán de la Cogolla diez investigadores y en agosto, el BOE publicaba el convenio firmado entre el Gobierno autonómico, a través de la Fundación para la Transformación de La Rioja, y el Instituto Cervantes por el que ambas instituciones comprometían el desembolso de 5,1 millones de euros para los primeros cuatro años de su andadura.
La presentación concluyó con una mesa redonda moderada por el director del Observatorio Global del Español, el lingüista Francisco Moreno. Antes de dar paso a los ponentes, Moreno trazó los cuatro ámbitos fundamentales en los que desarrollará su labor la entidad que dirige: la demografía lingüística, la enseñanza y certificación del español, los usos específicos del idioma («en la edición, en la diplomacia, en la ciencia, en la política, en los medios de comunicación, en las redes sociales») y las nuevas tecnologías, singularmente la inteligencia artificial.
Moreno recordó que existían dos grandes teorías sobre política lingüística: la que defiende «dejar las lenguas en paz» y la que postula la intervención de las administraciones públicas. «Soy partidario de no dejar las lenguas en paz, de no dejar al español en paz –explicó–. No por el español en sí, que no necesita ninguna intervención, sino por sus hablantes. Debemos preguntarnos, entre otras cosas, cómo se usa, cómo se enseña». El director del Observatorio Global del Español defendió la coexistencia de esta entidad con otros centros de estudio similares, como los que existen en Harvard, en la RAE o en las universidades del universo hispanohablante: «La lengua española tiene una historia muy larga, una geografía muy ancha y una diversidad muy alta como para que la estudie un solo observatorio en un solo lugar. Toda aportación es bienvenida, aunque se necesita una labor coordinada».
La mesa redonda posterior ofreció algunas pinceladas interesantes sobre los retos que afronta el español. La directora académica del Instituto Cervantes, Carmen Pastor, abordó la revolución que ha experimentado la enseñanza de la lengua en los últimos años, sobre todo por la ampliación del aprendizaje autónomo e informal. La pandemia, en este punto, ha supuesto una cesura y ha traído consigo una revolución en la enseñanza en línea.
Tal vez la principal frontera del español se encuentre hoy en la inteligencia artificial. «Todavía hay mucha diferencia con el inglés, que es la lengua madre de la IA», apuntó Elena González Blanco, doctora en Filología y experta en innovación digital. «Necesitamos que cuando yo hable de vos a la máquina, sepa que me estoy dirigiendo a ella en español argentino. Debemos enseñar a la IA a poder distinguir esas variantes, y ese no es un problema técnico, sino lingüístico. Hay que recoger y volcar muchísimos datos que hoy por hoy no están».
Aunque se dice que el español es la segunda lengua mundial, la demografía lingüística ayuda a comprender sus particularidades, según indicó Héctor Álvarez, de la Universidad de Heildelberg, que lamentó la escasa fiabilidad de los censos actuales: «Es una lengua de expansión mundial, pero en su dimensión se parece más al chino que al inglés porque la gran mayoría de sus hablantes sus nativos. El 84% del español frente al 30% del inglés. Sin embargo–advirtió Álvarez–, tiene una particularidad con respecto al chino, ya que no está concentrada en una sola región, sino distribuida por una variedad de países».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.