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El pasado 17 de diciembre, el Consejo de Ministros aprobaba una inversión de emergencia de 4,5 millones de euros para salvaguardar el monasterio de ... Suso en San Millán de la Cogolla. Aunque entre mayo y junio en el Senado se había hablado del estado del conjunto monacal y existía un proyecto de intervención, el anuncio sorprendía por su calado. Los responsables del Ministerio de Cultura dejaban claro que la situación de uno los monumentos más señeros de La Rioja, todo un Patrimonio Mundial y conocido como cuna del castellano, no solo era delicada, sino que su «estabilidad estructural» estaba «comprometida».
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El carácter urgente de las actuaciones ya se ha hecho notar. No ha habido plazos de licitación ni demoras administrativas que siempre suelen ir asociadas a cualquier intervención pública. Junto a la puerta del cenobio ya luce un gran cartel que advierte de las intervenciones, que se realizarán bajo la dirección del arquitecto Gaspar Aragón Osés y de la mano de la empresa Alfaro Construcciones y Obras,
Los operarios llegarán próximamente y trabajo no les va a faltar. Porque los estudios previos han desvelado muchos achaques en un recinto religioso con más de 1.500 años de historia. En el extenso catálogo de patologías del edificio preocupan especialmente dos: las filtraciones y los problemas estructurales. Y ambos están íntimamente relacionados.
Por eso, en primer lugar, las actuaciones irán destinadas a luchar contra un elemento tan aparentemente inocuo como el agua, pero tremendamente dañino. En los estudios previos se comprobó la existencia de cavidades en el subsuelo provocadas por filtraciones y también escorrentías desde la ladera al conjunto monástico. Así que uno de los objetivos será desviar las aguas superficiales procedentes de la ladera y de la plataforma adyacente. Al mismo tiempo se buscará la estanqueidad porque tan nociva es el agua del subsuelo como la del cielo.
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Esa intervención será la más notable, visualmente hablando, porque conllevará cubrir el monasterio. La subdirectora general del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), Susana Alcalde, lo explica de una manera muy gráfica: «Va a ser como poner a Suso una 'camisa' que garantice que durante todas las obras no haya humedad. Será de carácter temporal».
Con esa 'camisa' de andamios y cubiertas que deberá estar construida rápidamente para evitar los rigores del invierno, Suso se sumergirá en un proceso de refuerzo estructural. Porque ha quedado comprobado que esa larga y compleja historia de intervenciones, añadidos y eliminaciones arquitectónicas, además de los factores meteorológicos y geológicos externos, han hecho mella en su armazón.
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«Cuando se haya conseguido la estanqueidad, se procederá al asentamiento estructural del edificio, que presenta diversos problemas», analiza Alcalde. «Por ejemplo, el muro norte, el que se encuentra adosado a la ladera, sufre un claro abombamiento; el muro sur con vestigios románicos presenta riesgo de desplome; la arcada central cuenta con fisuras...», explica la subdirectora del Instituto de Patrimonio Cultural.
Esa vinculación entre problemas estructurales y condicionantes ambientales ha obligado a acelerar los procesos, que cuentan con un plazo de actuación de 24 meses. «No se podía ir por partes. Nos dimos cuenta de que la actuación debía ejecutarse de manera global y con la mayor celeridad», incide Alcalde.
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Pero Suso, al igual que su vecino Yuso, son además de vestigios históricos, monumentos artísticos y espacios de devoción, recursos turísticos de primer orden para ese valle y para toda La Rioja. Y este aspecto también va a ser muy tenido en cuenta a la hora de afrontar esta compleja intervención. «Durante una primera fase, por las propias obras, Suso no se va a poder abrir al público, pero nos gustaría mantener su uso turístico y las visitas programadas. La intención es que los riojanos y los turistas puedan conocer de primera mano cómo se está interviniendo, que vean las obras y cuáles son las mejoras que se van a implementar en el monasterio», recalca Susana Alcalde.
Mientras dura la intervención y aprovechando esta, también se van a desarrollar catas arqueológicas y distintos estudios que permitirán conocer un poco mejor la intrahistoria de un complejo con una dilatada y peculiar historia y que continúa guardando muchos secretos en su interior.
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Está previsto que próximamente las administraciones públicas informen de todos los detalles del proyecto. «Queremos que la ciudadanía sepa lo que vamos a hacer para preservar Suso, que es una joya única. ¿Qué otra lengua puede, por ejemplo, tener vinculado un lugar de nacimiento, como ocurre con el castellano y Suso?», se pregunta Alcalde.
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