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José Antonio Olarte, en su taller, durante el proceso de creación de la escultura de los Premios Impronta. Juan Marín
Obra de Olarte y la naturaleza

Obra de Olarte y la naturaleza

El escultor jarrero es autor de la reproducción de una icnita original del yacimiento Los Cayos de Cornago con la que Diario LA RIOJA ha reconocido a los ganadores de los Premios Impronta

Domingo, 24 de noviembre 2024, 08:54

José Antonio Olarte (Haro, 1958) se ha confabulado con la naturaleza a la hora de crear la escultura en la que se materializan los Premios Impronta. Con una naturaleza que, a lo largo de milenios, ha mantenido impresa en la roca la huella de los dinosaurios que habitaron nuestra región, y que hoy son algo identitario.

La obra en la que se concretan estos galardones es una reproducción fiel y artística de una icnita original del yacimiento de Los Cayos, en Cornago. Corresponde a un terópodo del Cretácico Inferior, dinosaurio con tres dedos funcionales en sus extremidades.

Esos tres dedos son los que socavan la escultura de Olarte. Los mismos que hace 25 años reprodujo en hormigón, junto a los escultores Ricardo González y Manuel Barrio, para realzar el acceso a la Casa de las Ciencias.

«De esa reproducción parte esta obra para los Premios Impronta», comenta el artista en su taller y en pleno trabajo creativo de esta 'pisada'.

El proceso para su creación parte de un registro en plastilina de la mencionada huella, sobre el que ha aplicado una fina capa de cemento con fibra de vidrio para aligerar la pieza. La obra final muestra una icnita de tamaño natural enmarcada en un bastidor de madera, conjunto donde se pone de relieve el contraste de texturas.

«He tratado de resaltar la textura y las formas que ha generado la pisada de un dinosaurio»

«En realidad se trata de resaltar la textura y las formas que ha generado la pisada de un dinosaurio en el barro, en un lecho fluvial. Una textura que transmite mucha fuerza y encaja con esa 'impronta' que da título a los premios y que transmite el rastro que deja alguien con su personalidad en su entorno social», explica Olarte.

Y advierte de que la acepción de impronta «también se corresponde con el proceso escultórico de hacer una copia en un material blando sobre otro duro».

Arte para el diálogo y la reflexión

José Antonio Olarte va más allá con las connotaciones de su obra, que también vincula a la naturaleza. «Lo que hago es dignificar la naturaleza a través de la escultura. Para ello enmarco la huella –reproducción fiel del aspecto, volumen y color de la icnita de Cornago– en una textura de madera».

Las esculturas del artista jarrero, habitualmente de hierro y de apariencia depurada y geométrica, encierran su personal mirada sobre su entorno y sobre el mundo. Una mirada que durante el confinamiento le llevó a reflexionar sobre el arte. Hace unos meses, en su exposición en Estudio 22 lo hacía sobre el espacio vital.

«La idea del espacio –comenta el escultor– es una constante; es un problema compartido con mi familia, mi entorno y con todos los seres humanos. Cada vez es más actual y más evidente que el espacio que habitamos debe ser digno, y más ahora con los problemas que estamos viendo en Valencia». Y dice aún más. «El arte en realidad es difícil que aporte algo porque no cumple una función, y precisamente por eso es importante, porque puede servir como instrumento de diálogo y de reflexión sobre todo lo que hacemos y está por hacer».

Y a ello nos invitan obras suyas como esas 'Naves de paso' que son puerta de entrada a la ciudad por el oeste o las 'Vieiras' que marcan el trayecto del Camino de Santiago por Logroño.

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