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Los alumnos retornan a las aulas, y los partidos, al debate ideológico y de gestión. La reunión de la comisión de seguimiento del acuerdo de Gobierno y el encuentro de Concha Andreu con los portavoces parlamentarios visualizaron ayer ese pistoletazo de salida al curso político marcado por dos notas. Por un lado, el recrudecimiento del COVID y, por el otro, la tensión que azota el seno del PSOE traducida en un maremoto de cambios en el Ejecutivo apenas un año después de su formación.
La jornada de ayer, sin embargo, estuvo dominada por otra palabra: Presupuestos. Tras la aprobación de las Cuentas del 2020 en un tiempo récord, las del próximo ejercicio se presentan como una piedra de toque vital para el Gobierno de coalición. Y no sólo para tomar la temperatura de las relaciones con IU y Podemos así como dentro de las propias filas socialistas de las que pende la estabilidad institucional, sino para atender los gastos derivados de la pandemia sin mermar fidelidad al espíritu del pacto.
A día de hoy y a expensas de las directrices que fije el Consejo de Política Fiscal y Financiera, nada indica que las Cuentas no vayan a prosperar. Los escaños del PSOE cuentan a priori con la suma de sus dos socios para obtener la mayoría necesaria. Sin verbalizarlo –«el voto nunca está garantizado sin un texto definitivo»–, Henar Moreno señaló como línea roja para el 'sí' de IU ahondar en el propio documento que compromete a las tres partes. Tampoco parece factible que Raquel Romero tome una posición diferente a «trabajar para la reconstrucción de La Rioja tras dos pandemias: la del COVID y la de 24 años de gobiernos del PP». El propio portavoz socialista, Raúl Díaz, se mostró confiado en prolongar la sintonía que facilitó el curso pasado sacar adelante iniciativas con IU y Podemos como «interlocutores prioritarios».
Raúl díaz
Los deseos de los tres actores corren paralelos a la posición de sus respectivos partidos como firmantes del pacto. Si en IU no hay divergencias latentes, en Podemos y PSOE la coyuntura se enrevesa. En el caso de la formación morada, Romero no acudió ayer al encuentro de seguimiento del pacto con los titulares de Salud y Hacienda y que tuvo como principal representante a su coordinara autonómica. «Le hemos dejado un mensaje invitándola a venir, pero sigue sin contestar», reconoció Arantxa Carrero para quien, en cualquier caso, no cabe otro escenario que no sea el respaldo a un Presupuesto «necesariamente social». La aludida minimizó su ausencia en la cita. «Mi relación como consejera con la presidenta es muy fluida (...) Para bien de las conversaciones, he creído conveniente no acudir a estas últimas reuniones», zanjó. Raúl Díaz también se esforzó por espantar el fantasma de que las tensiones entre Concha Andreu y el secretario general del PSOE, Francisco Ocón, puedan alterara el guión. «La crisis de Gobierno no va tener ninguna traslación al Grupo Parlamentario Socialista», enfatizó. «Somos responsables y todos formamos parte del mismo proyecto de cambio».
El que tampoco anuncia un viraje de posición es el PP. En su caso, crítico con un Gobierno que el portavoz en el Parlamento, Jesús Ángel Garrido, juzgó «en descomposición» tras la avalancha de cambios por las rencillas dentro del PSOE. A ello sumó la «improvisada» gestión en materia educativa, la grave situación económica, la falta de anticipación ante la pandemia o la deficiente actuación en las residencias de mayores, según denunció la exconsejera Ana Santos, y que exige a juicio de Garrido la comparecencia de Andreu en el hemiciclo y la apertura de una comisión de investigación. Con ese análisis, nada preconiza que los populares no vuelvan a enmendar a la totalidad las Cuentas. «No se puede opinar sobre la nada porque no nos ha presentado ningún documento, pero el precedente del Presupuesto del Parlamento, donde se rechazaron todas nuestras propuestas, ya demostró la escasa receptividad», remachó.
En ese escenario polarizado, Cs volvió a postularse como un aliado «constructivo» frente a la «radicalidad» de los socios del PSOE. Su portavoz, Pablo Baena, se mostró así abierto a explorar con Andreu puntos de encuentros en los próximos Presupuestos «para dar estabilidad y lograr las políticas moderadas y sensatas que los riojanos necesitan para mejorar su día a día».
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Clara Alba y José A. González
Alberto Gil | Logroño
Juan Cano, Sara I. Belled y Clara Privé
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