Miguel Ángel Fernández | Viceconsejero de Educación, Universidades y FP

«El objetivo es que para el curso 2026-2027 se imparta primero de Medicina en La Rioja»

–El próximo curso comienzan las ayudas de 800 euros por curso y alumno de Bachillerato y el anuncio ha provocado las primeras críticas.

– La Consejería siempre ha sido clara. En nuestro programa está recogido el compromiso de avanzar en la gratuidad de 0 a 18 años. Y lo mismo que se ha avanzado en el periodo que tampoco es obligatorio ni es gratuito de 0 a 3 años, y que ahora mismo vemos todos con absoluta normalidad, entendemos que debe ser el resto de la etapa educativa hasta los 18 años. Es un compromiso con los ciudadanos que nos han respaldado y que han aprobado ese proyecto. Por otro lado, entendemos que es una forma de evitar que las familias más desfavorecidas tengan que abandonar un centro en el que han cursado los estudios durante toda la etapa educativa hasta terminar la Secundaria.

– Empieza con 800 euros al año por alumno y entiendo por lo que dice que el objetivo es la gratuidad total.

– Avanzar, sí, hacia la gratuidad total.

– ¿En esta legislatura?

– Ya veremos, porque hay muchas cuestiones que hay que analizar, las presupuestarias, la evolución, pero sí que no escondemos que nuestro propósito es avanzar hacia la gratuidad.

– Esta semana concluía la escolarización de Bachillerato y como hay centros concertados que no están adscritos a ninguno público puede ocurrir, por ejemplo, que un alumno de Escolapias que quiera cursar Bachillerato en el Cosme, al no estar adscrito, tenga pocas posibilidades de entrar.

– La plaza de Bachillerato se le va a garantizar. ¿Qué es lo que ocurre? Que efectivamente hay dos términos de adscripción. Todos los centros concertados están adscritos a uno público en lo que son las gestiones administrativas a la hora de emitir títulos y demás, pero a los efectos de escolarización de Bachillerato no todos los centros concertados tienen adscrito un centro público porque son enseñanzas postobligatorias. Esa es la clave. Entonces, lo mismo que la FP, al no ser obligatoria, no hay una obligación de que los centros concertados tengan que garantizar una plaza o estar adscritos a un centro público que les garantice una plaza. Eso no quiere decir que no vayan a tener una plaza en un centro público, que las hay, y si no se les buscará, pero puede ser que no en el centro que elijan en primera opción, sino en el que dentro de las opciones que elija haya vacantes.

– ¿No sería más lógico que estuvieran obligados a adscribirse a un centro público ahora que van a estar financiados en parte con un cheque público?

–Lo que pasa es que las enseñanzas no son obligatorias, se deja potestad a los centros concertados. Nosotros lo tramitamos, miramos si tiene capacidad y si tiene aulas para poder asumir a ese alumno porque el hecho de adscribir a un centro concertado uno público para el Bachillerato supone que ese centro tiene que garantizar que si todos los alumnos de ese centro quieren estudiar Bachillerato en el centro público tienen que tener las instalaciones necesarias. Eso hay que verlo antes de autorizarlo porque puede ser que haya capacidad o puede ser que no la haya. En principio, desde la Consejería, no hay ningún problema con que los centros lo soliciten.

– ¿Qué hay del grado de Medicina? ¿Hay avances?

– Sí, la verdad es que estamos bastante satisfechos con los avances, es un grado complejo, difícil de poner en marcha porque lo es en todas las universidades. Requiere, primero, de un plan de estudios y luego de un diseño de unas instalaciones para llevarlo a cabo. Lo que es más importante y en lo que estamos trabajando bastante ahora es en la formación de capital humano necesario para que cuando nos aprueben el grado en Medicina podamos tener personas preparadas con el grado de doctor o el reconocimiento de Aneca para que puedan incorporarse ya a la universidad. De hecho, hemos puesto en marcha un convenio con la UR para la incorporación de dos investigadores distinguidos, doctores de reconocida experiencia. Con la UR también estamos trabajando en un plan de mejora de Ciencias de la Salud en el que estamos potenciando las publicaciones científicas de personas, las estancias en el extranjero, las tesis doctorales, es decir, la idea es ir creando una masa crítica de personal preparado que permita que cuando tengamos el grado de Medicina contemos con personas que se puedan incorporar como docentes. Por otro lado estamos trabajando en una comisión paritaria entre la UR y el Gobierno, con participación de Salud y de Educación, en la elaboración del plan de estudios. La propia universidad ya ha creado una comisión con expertos del ámbito universitario, también colegios profesionales y expertos sanitarios, que están diseñando, a partir de las directrices generales, lo que serían las asignaturas del plan de estudios. Estamos trabajando en definir cuáles son esas materias, carga horaria, los contenidos, etcétera. Con eso se elabora una memoria que posteriormente pasa a la Agencia de Evaluación de la Calidad (Aneca) que es la que debe verificar si es correcta o no. Una vez que la Aneca emite un informe favorable, pasa al Consejo de Universidades y si lo verifica ya podríamos poner en marcha el grado con todas las garantías

– ¿De qué plazo estaríamos hablando?

–Son procesos largos, normalmente un curso o curso y medio. Nuestro objetivo es que para el curso 2026-2027 se pueda poner en marcha, que se imparta primero de Medicina en La Rioja. De alguna manera tenemos dos cursos académicos todavía para poder llevar adelante todo. Estamos todos en el mismo barco y arrimando el hombro, y eso nos anima mucho a creer que vamos a lograr ese objetivo, que es un objetivo de legislatura muy importante y creemos que va a cambiar la imagen de la universidad, que lleva muchos años con 19 grados. Este es un grado emblemático que también puede solucionar el problema de falta de profesionales médicos.

– La Aneca tumbó el grado de Lingüística Computacional, uno de los puntales del proyecto Valle de la Lengua, ¿sigue adelante?

– Para nosotros, ahora mismo, y así lo hemos trasladado a la UR, nuestra prioridad es el grado en Medicina.También tenemos una demanda importante de plazas en Ingeniería Informática y una necesidad de profesorado de Secundaria, de ahí que necesitaríamos plazas en el Máster de Secundaria. A esta iniciativa de la UR, del grado de Lingüística Computacional, no nos oponemos, pero sí que es cierto que para el Gobierno hay otras prioridades.

– ¿Qué más proyectos hay para la Universidad de La Rioja?

– Tenemos varias asignaturas pendientes, fundamentalmente en el ámbito de la internacionalización y en la transferencia del conocimiento. Uno de los problemas que tradicionalmente se achacan a la universidad es la falta de transferencia del conocimiento y nuestro tejido productivo, de ahí que es importante que consigamos que haya mayor comunión entre universidad y sectores productivos. Tenemos potencial para poderlo hacer sin lugar a dudas. También queremos reconducir parte de la financiación hacia inversiones en materia de investigación.

–Uno de los problemas casi endémicos es la falta de profesores en FP, especialmente de Informática.

–Todas las comunidades coincidimos en las dificultades que tenemos en algunas especialidades y yo creo que este año no han sido tan graves como en años anteriores. Independientemente de eso, lo que nos gustaría es que el día que se inicie el curso estén todos los profesores y no haya ningún problema en cuanto a docentes. ¿Qué se ha hecho para evitar una situación como la de años anteriores? Estamos en procesos de estabilización de docentes y estamos tramitando una modificación de la orden de interinos para que podamos crear una lista con aquellos docentes que durante el curso académico han sido llamados a través de las oficinas de empleo porque se han agotado las listas de interinos. Es una iniciativa que hemos pasado a mesa sectorial y que pretendemos que se apruebe en una nueva orden de manera que vamos a tener una posibilidad de poder responder también a las demandas de especialidades que son realmente complicadas, no sólo en la comunidad de La Rioja, sino en todo el país.

– ¿Cuáles son los retos en Formación Profesional?

– En FP tenemos un gran reto, que es la implantación de la nueva ley de FP, que va a suponer un gran cambio. Si bien es cierto que tanto el consejero como yo, y la mayoría de las comunidades, hemos solicitado al Ministerio en todos los foros en los que hemos participado una moratoria en la implantación porque todavía no están aprobados los reales decretos que regulan los títulos que vamos a impartir en septiembre. Vamos a cumplir la norma con el esfuerzo de los docentes, pero nos hubiera gustado tener más tiempo. Ya hemos sufrido la precipitación este año con el tema de la cotización a la Seguridad Social de los alumnos, algo para lo que ni la Seguridad Social ni el Ministerio estaban preparados, y nos ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza. Con la FP, que es algo que hemos avanzado muchísimo en la legislatura anterior, hay que reconocerlo, y en la anterior, hacer un cambio tan importante de una forma precipitada es algo que no nos parece adecuado. En cuanto a inversiones, hay dos grandes retos. Uno que ya anunciamos en 2019, es el centro integrado de Calahorra. Ya tenemos el proyecto bastante avanzado, hemos reanudado las conversaciones con las distintas familias profesionales del Valle del Cidacos para que supervisen y comprueben que el proyecto se ajusta a las necesidades que tienen, hemos hecho un diseño pensando en una ampliación de futuras ofertas y probablemente a lo largo de este año podremos tener el proyecto cerrado. En cuanto a La Laboral, hemos hecho el mismo trabajo con el Cosme García, que son los centros de donde salen las familias profesionales que van a incorporarse al centro integrado y creemos que este año podemos ya dar los primeros pasos para la licitación.

– El concierto con Alcaste acaba en 2026 y en principio, la Lomloe, impide la financiación de los centros que diferencien por sexos ¿Qué tiene previsto hacer el Gobierno?

– Nosotros nos vamos a ajustar a la ley. Como administración tenemos que ser fiel al cumplimiento de la ley por encima de todo. Cuando se renueven los conciertos analizaremos las solicitudes y se verá si se ajustan a la ley o no en función del marco legal que en ese momento exista. Luego, la decisión de Alcaste de hacerlo mixto o no es decisión del propio centro, pero nosotros tendremos que aplicar lo que dice la ley.

– Pero con la ley actual no sería posible.

– Todavía no estamos en ese escenario porque ahora mismo tiene renovado el concierto. Cuando haya que renovarlo veremos qué ley hay, qué jurisprudencia hay y entonces veremos si procede o no, pero siempre en el marco de la ley.

– Pero no se ve en el horizonte una nueva ley.

– Nunca se sabe.