Nelson Edivan, el viernes en Agoncillo, con su camión. MIGUEL HERREROS

«Nunca animaré a los jóvenes porque es muy sacrificado»

Nelson Edivan | Camionero con 14 años de trayectoria ·

Edivan cree que el Gobierno debería intervenir para mejorar las condiciones salariales de los transportistas profesionales

Lunes, 4 de octubre 2021, 02:00

Le encontramos en la estación de servicio Norpetrol en El Sequero. Nelson Edivan se dispone a repostar de combustible el tráiler en el que porta trigo. Esperaba llegar el viernes a Tarragona, donde vive. Descansaba el sábado y ayer, volvía a partir a nuevos destinos. ... Así que vive seis días a la semana en la carretera.

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– ¿Desde cuándo es conductor de camión?

– Desde hace 14 años. Lo fui en Brasil, de donde soy originario, y lo soy aquí, pero estoy muy descontento porque, además, esto va a peor. Sobre todo si comparo mi situación actual con la que tenía cuando estuve trabajando en la construcción durante los años finales del 'boom' inmobiliario. En ese sector ganaba mucho más. A veces creo que casi no merece la pena salir de casa y dejar a la familia para ganar lo mismo que alguien que trabaja nueve horas y tiene permiso para almorzar y comer.

«Nuestro trabajo era más duro hace años, éramos casi esclavos, pero estaba muy bien pagado»

– El sector dice que ya falta personal.

– Y es normal. Yo tengo 44 años y dentro de seis no creo que pueda seguir soportando esta vida. En general, la gente piensa que esto es muy fácil y que simplemente es estar detrás de un volante. Pero no, no es así. Cuando era niño me entretenía con los juguetes de camiones y pensaba que era el mejor trabajo del mundo, sin saber que un día haría de ello mi profesión. Pero ahora es cuando pienso que estoy perdiendo mi vida dentro de un camión, algo a lo que nadie da valor. Y es doloroso, porque no es un trabajo donde tengas tiempo para comer, ni te puedas duchar diariamente. Todo lo contrario. Dentro de un camión tienes muchas necesidades. Y eso que no es como en el pasado, cuando los camioneros ganaban dinero, sí, pero eran esclavos que trabajaban día y noche y hacían trampas con los tacógrafos. Menos mal que la ley actual lo impide. Si no seguiríamos como esclavos.

– En todo caso, al margen del sueldo tienen dietas por alimentación, ¿no?

– El sueldo está sobre los 1.600 euros y la dietas, que entran también en nómina, son unos 800 euros. Pero la mayoría de nosotros comemos durante la semana comida que nos traemos de casa. No solo porque es una forma de evitar gastos, sino porque parar a comer en un restaurante significa perder una hora y media de tiempo, y la pausa que tenemos es de 45 minutos. Todo está haciendo que la gente esté ya 'saliendo' del camión.

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– Y el problema es que no entran jóvenes.

– Ni les veremos. En otros sectores, sin contar dietas, se gana un poco más y el trabajo no es tan entregado y sacrificado como este. Además, hay que tener en cuenta que hay que pagar un montón de dinero para acceder a los permisos, que suponen unos 4.000 euros como mínimo, y que todas las multas repercuten sobre nosotros, no sobre las empresas. Asimismo, tenemos que tener las licencias al día y nuestra concentración debe ser máxima para no dormirnos al volante y evitar accidentes. Entonces, ¿cómo va a haber gente joven? Prefieren trabajos de nueve horas. Y yo, la verdad, estoy haciendo planes de abandonar también esta profesión.

– ¿Cuál puede ser la solución?

– Creo que el Gobierno debería intervenir para que de verdad se mejoren las condiciones salariales de los conductores porque un oficial de la construcción gana más que cualquiera de nosotros. Hasta mi mujer, con dos trabajos de hostelería y uno de limpieza por horas, tiene un mejor sueldo a fin de mes que yo. Como están las cosas, y viendo que empeoran, lo que nunca haría es animar a un joven a entrar en el sector. Lo que no ocurría hace años, cuando el camión pasaba de padres a hijos, porque el trabajo era muy duro, sí, pero estaba muy bien pagado.

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