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Luis Gutiérrez, el prescriptor de la lista Parker, acaba de publicar su último informe sobre vinos de Rioja. «¡Hacer a Rioja otra vez grande!» lo titula, en un reportaje en el que se confiesa no haber «estado tan entusiasmado con Rioja en muchos años». El prescriptor recuerda que el año pasado ya notó un cambio significativo, un despegue protagonizado por pequeños elaboradores, en muchos casos hijos de bodegas familiares, y que ahora le lleva a afirmar que «Rioja está explotando».
Gutiérrez se hace eco de esta nueva «(r)evolución» en la elaboración de vinos que, para el prescriptor, empezó en la DOCa «con retraso» respecto a otras zonas españolas, pero que «ya no tiene vuelta atrás»: «La proliferación de nuevos proyectos, de verdaderos vignerons trabajando sus viñedos y elaborando sus vinos significa un enriquecimiento para todos, para los consumidores, para la zona y para el país. A medida que ganamos en diversidad, definitivamente nos hacemos más ricos», explica.
Entre las novedades, la codiciada lista Parker la encabeza por primera vez (con 99 puntos) un viñedo de Rioja Oriental, el Quiñón de Valmira 2020 (Alfaro) de Álvaro Palacios –una finca rodeada de proyectos eólicos por cierto–, con los mismos puntos que Las Beatas de la Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez. Significativo es el avance de Oxer Bastegieta que con su vino Kalamity se coloca en el cuarto lugar, con 98 puntos y una dedicatoria específica del prescriptor al elaborador: «Visité los impresionantes viñedos, viejos y hermosos de Oxer, con tres nuevos tintos en Rioja, un blanco renovado, un nuevo vino de Toro y toda su gama de txakolí, pero siente debilidad por el Kalamity...».
Pero la verdadera revolución trasciende del 'top ten'. Gutiérrez cita al joven Ricardo Fernández (26 años) y quinta generación de Bodegas Abeica (Ábalos), como «el nuevo descubrimiento más emocionante» de su último viaje. Carlos Sánchez, ya con bodega en Labastida y viñas en San Vicente, Dominio del Challao(la apuesta del argentino Manu Michellini con Carlos Fernández, de Bodegas Tierra en Labastida), Elena Corzana, con su maturana tinta y graciano, GR99 Viñedos de Paso, el proyecto de Carlos Mendoza y Ana Benés, Jade Gross (la 'alumna' aventajada de Abel Mendoza), Juan Valdelana, la llegada de Mauro a Rioja, Víctor Ausejo... son otros de los nombres, nuevos para Gutiérrez, que cita el prescriptor como protagonistas de esta revolución silenciosa de Rioja.
1. Quiñón de Valmira 2020 de Álvaro Palacios. 99 puntos.
2. Las Beatas 2019 de la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez. 99 ptos.
3. Quiñón de Valmira 2021 de Álvaro Palacios. 97/100 puntos.
4. Kalamity 2020 de Oxer Bastegieta. 98 puntos.
5. Viña El Pisón 2019 de Bodegas y Viñedos Artadi. 98 puntos*.
6. Tabuérniga 2019 de Compañía de Vinos Telmo Rodríguez. 98 ptos.
7. Contador 2018 de Benjamín Romeo. 98 puntos.
8. Viña El Pisón 1995 de Bodegas y Viñedos Artadi. 98 puntos*.
9. El Bosque de Viñedos Sierra Cantabria. 97+ puntos.
10. La Condenada de Bodegas y Viñedos Artuke. 97 puntos.
* Artadi abandonó Rioja voluntariamente en diciembre de 2015.
No olvida a Bodega Akutain –su descubrimiento del año pasado con los espectaculares vinos clásicos de Jon Peñagarikano–, Alegre&Valgañón, Alonso y Pedrajo, Arizcuren, Diego Magaña, Exopto, MacRobert &Canal, Miguel Merino o Carlos Mazo (Vinos en Voz Baja) desde La Rioja Oriental, ni nombres consolidados como Abel Mendoza, Artuke, Oliviere Rivière o Telmo Rodríguez, que «están haciendo mejores vinos que nunca», pero se centra también en lo que está pasando en la Sonsierra y, especialmente en San Vicente, un pueblo en efervescencia: «2.000 hectáreas es el tamaño de Jura o Priorat... Sólo un pueblo de Rioja tiene ese potencial... ¡o más!», exclama Gutiérrez.
Respecto a San Vicente, José Gil Vigneron, con el nuevo proyecto con su mujer Vicky, centra buena parte de los elogios a esta nueva forma de entender Rioja y los vinos de lo localidad, con referencia expresa también para la familia Eguíluz (Cupani) o Eduardo Eguren, hijo de Marcos y con su bodega Cuentaviñas ya en marcha. En lo que incide el prescriptor es en que «todos estos nuevos nombres hablan de lugares, pueblos, zonas, valles y viñedos, no de procesos ni les preocupan las categorías tradicionales de Rioja». En este sentido, y para terminar, dos 'collejas'. Una, al Consejo Regulador ante la exigencia de que la bodega esté dentro del municipio para poder indicar en la etiqueta que un vino es de pueblo –modificación que Bodegas Familiares pide desde 2017 y duerme en el cajón– y otra al movimiento reivindicativo de Rioja Alavesa: «No es una designación geográfica, sino política. Suelo, clima y vino no entienden de política y la Sonsierra es la unidad geográfica, donde hay pueblos de dos comunidades autónomas». El informe completo, con las puntuaciones de más de seiscientos vinos, en www.robertparker.com.
Paralelamente al informe sobre Rioja, Luis Gutiérrez publica una pieza separada sobre una cata vertical de Castillo de Ygay antiguos (el gran reserva de Marqués de Murrieta), con el resultado de cinco cien puntos para las añadas 1904, 1934, 1959, 1919 y 1964. Gutiérrez titula el reportaje 'La madre de todas las verticales' y sitúa a Murrieta en la cúspide mundial, al nivel de los primer gran cru bordeleses o de Borgoña, para una bodega a la que Wine Spectator ya dio a su Castillo 2010 el título de mejor vino del mundo: «Fue una de las catas más extraordinarias que he vivido, y el primer vuelo de vinos (empezamos de mayor a menor) fue el mejor de mi vida. ¡Es increíble cómo un tinto de 1904 puede estar tan vivo y expresivo!, seguido por un montón de añadas que fueron tan buenas como ese primer vino».
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