La nueva ola dispara la venta de test de antígenos

La alta incidencia del COVID en la región se ha notado también en las farmacias en lo referente a los productos relacionados con el virus: test de autodiagnóstico y mascarillas. Las pruebas de antígenos han pasado a formar parte del botiquín familiar. Desde que se aprobara hace poco más de un año su dispensación sin receta, se han consolidado como un elemento de prevención para evitar contagios de manera accesible gracias a su venta en farmacias. En la pasada ola de contagios, que se produjo tras la Navidad, los establecimientos farmacéuticos reportaban al Servicio Riojano de Salud los datos de positivos que les notificaban los clientes, apoyando así al resto de instituciones sanitarias a la hora de ofrecer una radiografía de la situación epidemiológica de la comunidad. Fueron momentos de tensión debido al altísimo número de contagios y a la falta de test en las farmacias.

La nueva ola en la que estamos inmersos arroja un número de contagios, ingresos y fallecimientos mucho menor que la sexta. Sin embargo, la alta incidencia del virus ha provocado que desde hace un mes las farmacias riojanas hayan notado un incremento de alrededor del 70% en la demanda de todo tipo de pruebas de antígenos, tanto de saliva como nasales. «El incremento de las ventas ha sido brutal», señala Belinda Nsang, técnica de farmacia de la farmacia Sonia Rodríguez de Logroño. «Si antes debíamos reponer de 100 en 100 los test, ahora, es de 500 en 500».

En la farmacia Sabrás coinciden en que la demanda está disparada. «Debemos reponer cada 15 días, cuando lo habitual era hacerlo de forma mensual», asegura la farmacéutica Beatriz Sabrás. El aumento de las ventas viene motivado por el incremento de los contagios, pero no es la única razón. En marzo, Sanidad limitó la realización de test a mayores de 60 años y personas vulnerables. Por lo que el 'autotesteo' es la opción más accesible para la población en general. Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos ponen un ejemplo que explica, en parte, la alta demanda de las pruebas: si una familia de cuatro miembros compra test para saber si está contagiada y el resultado es positivo, lo más probable es que se haga con más pruebas a lo largo de la semana para comprobar cuándo ha superado la enfermedad.

Los farmacéuticos también apuntan a la cantidad de eventos sociales que se han retomado tras el fin de las restricciones. «Muchas personas compran varios test en previsión de esa boda o de esa fiesta a la que van a acudir. Especialmente se nota antes del fin de semana, que es cuando se celebran esos eventos», recuerda Concha Rodríguez, de la farmacia Maimón, en Logroño.

Algo similar le ocurrió a la farmacia Fernández Haro, de la localidad jarrera, durante las fiestas de junio. La altísima demanda dejó a esta farmacia sin existencias. «Vendimos test a lo bestia, el 70% más que hace dos semanas, de hecho, nos quedamos sin ellos durante un par de días», recuerda la farmacéutica, pero no solo por las fiestas, sino también por la llegada de personas de otras comunidades. «Fue una situación similar a la que vivimos en diciembre», afirma.

Sin embargo, el desabastecimiento de la pasada Navidad está lejos de producirse este verano. «Ya no hay esa psicosis, ese nerviosismo que se vivió entonces porque antes no había pruebas», reconoce Concha Rodríguez. Tal y como afirman desde el Colegio de Farmacéuticos, que las empresas proveedoras hayan reforzado sus estructuras de producción y distribución, junto a la limitación de los precios de los productos, garantiza que no haya problemas de abastecimiento a corto y medio plazo.

No hay un perfil de edad determinada. «Hay mucha gente mayor que viene a comprar tests y nos comenta que prefiere hacérselo porque está cuidando de sus nietos, pero también viene gente joven», señalan desde la farmacia Sonia Rodríguez.

La mayoría de los clientes opta por comprar las pruebas de antígenos necesarias para su núcleo familiar, generalmente de cinco en cinco. Aunque la cifra aumenta si se precisan para un evento como una reunión de amigos o una boda.

Los farmacéuticos lanzan un mensaje de responsabilidad y recuerdan que el virus sigue circulando y llaman a extremar las precauciones, especialmente con las personas mayores y vulnerables.