La nueva adjudicataria subroga a toda la plantilla

En mayo, no escondieron su malestar con la anterior adjudicataria y llegaron a convocar marchas de protesta contra Aralia a quien reclamaban un trato más humano.

Entonces señalaban que estaban funcionando bajo mínimos, mínimos, de la plantilla, ya que de las 31 personas que estaban trabajando entonces, 13 estaban de baja o de vacaciones y la empresa no las sustituía, con lo que, aseguraban, no podían atender a los abuelos como ellas venían haciendo desde que se puso en marcha la residencia.

Según aseguraron los trabajadores en mayo, la justificación de la mercantil Aralia cuando se le plantea que eso no puede ser así y que hay que cubrir esas bajas o vacaciones es que se trataba de «política de empresa, que la empresa no les deja», algo que, según añadían, venía ocurriendo «por lo menos» durante todo lo que llevaban de año.

No obstante, los empleados puntualizaron que a los residentes «se les hace todo, pero sin las debidas condiciones. Se les asea, se les ducha, se les da de comer, pero no nos entretenemos con ellos el tiempo que deberíamos. No podemos hacer las cosas con la debida pausa para una mejor atención».