Mesa preparada para la cena y mensajes de agradecimiento que los comensales colgaron en el árbol de la asociación. TELÉFONO DE LA ESPERANZA
Logroño

La Nochebuena no consiente soledad

Solidaridad ·

Éxito de la cena del Teléfono de la Esperanza para 45 comensales con la aportación de Eurotoques y empresas riojanas

Nuria Alonso

Logroño

Martes, 27 de diciembre 2022

Nochebuena suena a villancicos, a risas, a reencuentros...., en definitiva, a familia. Y claro, a ruido de cubiertos, platos y cazuelas rodeados de parientes. Pero hay quien, por una u otra razón que no viene al caso, no cuenta con una situación personal que acompañe ... al tradicional júbilo de estas fechas. Por eso, en su persistente lucha contra la soledad, el Teléfono de la Esperanza con su presidenta a la cabeza, Magdalena Pérez Trenado, tuvo una ocurrencia: organizar una cena para personas que no querían estar solas en Nochebuena.

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El Grupo Samaniego cedió el local y al carro se subió de inmediato el chef Francis Paniego. Con la sopa de pescado del Echaurren como mecha, los demás cocineros de Eurotoques La Rioja se animaron con un plato cada uno. Así, con una pizca de atrevimiento, pues «nunca se había hecho esto», cuenta Pérez Trenado, y con una gran dosis de solidaridad de empresas y particulares, se fue componiendo un menú que atrajo a 45 comensales de los más diversos perfiles. Desde un bebé de un año acompañado por su madre hasta un octogenario llegaron a congregarse en una mesa que montaron y sirvieron diez voluntarios del Teléfono de la Esperanza de La Rioja.

Tras la acogida inicial y con un recuerdo a los ausentes, la cita empezó como lo hacen las mejores Nochebuenas, con recato y timidez. Aunque Magdalena esboza una sonrisa para confesar que «enseguida tomó calor». «Queríamos que la cena fuera como la de cualquier familia y cumplimos los objetivos de sobra», explica satisfecha la presidenta. «Hasta las tres de la mañana estuvimos allí, hubo regalos donados y terminamos jugando y cantando villancicos», detalla la impulsora de esta iniciativa que culminó con un árbol de Navidad lleno de buenos deseos escritos en cartulina.

La cena también buscaba ofrecer un entorno de encuentro para el futuro; y eso también se logró

Acompañamiento futuro

Más allá de no consentir que los comensales estuvieran solos en esta fecha tan familiar, la cena solidaria también buscaba ofrecer un entorno de «encuentro para el futuro, para que entre ellos puedan quedar, conocerse mejor y cuidar de su salud emocional estando acompañados». Y eso, reflexiona Magdalena Pérez, también se consiguió.

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Sobre el menú, la presidenta del Teléfono de la Esperanza se afana en destacar la generosidad de los donantes, tanta que dio para repartir las sobras entre los participantes. «Todo el que quiso se llevó un táper», sonríe Magdalena. Lo dicho, como en cualquier familia en Nochebuena.

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