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R. G. Lastra / I. Echazarreta
Lunes, 25 de diciembre 2023
Solía ser la noche de paz y amor. Al menos de puertas hacia afuera. Pero en los últimos años, el parte de incidencias cada vez se asemeja más al de Nochevieja gracias a la misma mezcla: alcohol (además de otras sustancias) y ganas de salir a celebrar. No obstante, la Nochebuena y Navidad riojanas también han dejado instantáneas de ternura, disfrute familiar y buenas dosis de solidaridad.
Durante la Nochebuena se registraron en La Rioja «múltiples» altercados por peleas, agresiones e incendios de contenedores, según informó el SOS Rioja 112. En total, el Centro Coordinador de Emergencias registró unas 105 intervenciones. El comienzo de la noche, según el relato del SOS Rioja, estuvo marcado principalmente por emergencias sanitarias; sin embargo, entrada la madrugada, la tipología de incidencias cambió y se produjeron «múltiples» altercados en vía pública por peleas, agresiones, incendios de contenedores, caídas en vía pública y robos, principalmente en Logroño, Calahorra, Arnedo y Haro.
Entre otras actuaciones, SOS Rioja destacó el incendio de un turismo, en la calle del Olmo de Huércanos, que quedó calcinado, pero sin daños personales.
En el núcleo del Camero Nuevo fue complejo felicitar la Navidad telefónicamente puesto que desde el mediodía del domingo y durante más de 24 horas se quedaron sin cobertura. «Con el perjuicio que eso conlleva en estos días para los comercios, alojamientos, restaurantes, servicios y todas las familias. Es indignante esta situación», clamaba la alcaldesa de Nieva, Inmaculada Sáenz. Además de Nieva, se vieron afectados, entre otros pueblos, Torrecilla en Cameros. «Hemos sufrido tres averías iguales en una semana. Ya nos tuvieron sin cobertura desde el pasado domingo hasta el miércoles: tres días completos sin cobertura», declaró el alcalde de Torrecilla, Sergio Martínez Astola. Tanto desde el Ayuntamiento como vecinos han formulado quejas a Movistar, que les ha informado de que la incidencia se debe a un problema con una antena, informa Diego Marín.
En Clavijo la dificultad estuvo en fregar en Nochebuena, puesto que una avería obligó al Ayuntamiento a cortar el suministro de agua desde medianoche hasta las 9.00 horas de este lunes. Anteriormente, en la noche del sábado al domingo ya se procedió a otro corte nocturno; y el viernes ya hubo otro, más breve. «Tenemos una fuga que no acabamos de localizar y cortamos el agua para que se recupere el depósito», informaba el alcalde de Clavijo, Pedro Muro. El corte del suministro solo afectó a Clavijo, y no a su principal núcleo de población, La Unión, informa Diego Marín.
La Nochebuena estuvo cargada también de emociones. Los miembros de La Becada prepararon una cena que, ya por la tarde, trasladaron a las instalaciones de la Cocina Económica para repartirla –junto a sus voluntarios– entre todos aquellos que, incluso en Navidad, no les queda más remedio que recurrir al comedor social. No fueron pocos: a la velada acudieron 115 comensales, aunque también se repartieron 80 raciones en tuppers. «Es una noche triste, porque la gente no va allí por gusto. Su máxima, salvo contadas excepciones, es ir, comer y marchar», explica Virgilio Ochagavía, presidente de La Becada. A pesar de ello, «te vas a casa satisfecho de lo que has hecho, porque nos comprometemos a compartir tiempo, pero no contentos, porque no puedes arreglar su situación. Intentas animarlos, hacerles la noche más llevadera a las personas que se encuentran en situación de exclusión, pero no puedes arreglar su vida y te quedas un poco vacío».
La velada navideña organizada por el Teléfono de la Esperanza, a la que asistieron 45 personas para acompañarse en Nochebuena, no pudo ser mejor. «Estuvimos en un ambiente muy bonito, tranquilo, entrañable, en el que todo el mundo estuvo muy contento», asegura Magdalena Pérez, presidenta del Teléfono de la Esperanza en La Rioja.
Hubo quienes, de hecho, repetían de la cena del pasado año pero «sin tanta vergüenza» y, por tanto, «ya venían como de la familia, con ganas, como si nos conociéramos de toda la vida por lo que fue muy bonito; y el grupo nuevo enseguida se integró, fue entrañable». No solo eso. «La comida fue estupenda, como el ambiente de después», asegura Pérez mientras reconoce que después de la cena hubo quienes «cantaron, actuaron, jugamos al bingo...».
«Fue muy bonito y nos reímos mucho, porque hubo quienes llegaron muy tristes, por la tristeza que pesa estos días, pero ya para la mitad de la cena la situación se normalizó. Todos se fueron muy agradecidos y con ganas de repetir, pidiendo otra». «Todo fue muy bonito, porque son personas con situaciones emociones muy difíciles, que llevan años sintiéndose mal en Navidad; de hecho hubo lágrimas de emoción».
La familia Rodríguez Pérez, 'los Carreños' en Viguera, juntaron a 60 personas en el restaurante El Refugio en Nochebuena y también durante todo el día de Navidad. «Mi abuela, antes de morir, quiso que en Nochebuena estuviéramos todos juntos siempre», recuerda José Julián Cabezón, y no solo cumplen con su deseo en Navidad sino que dos o tres veces al año la familia queda y todavía celebran una cena de primos carnales en la que ya se juntan 36.
En la multitudinaria cena familiar todavía faltó gente, como una prima recién casada y su marido, que pasaron la Nochebuena en Hormilla, y otro que reside con su familia en EEUU, en total, seis bajas. La más mayor de los reunidos fue Toñi, con 74 años, y el más joven, Antonio, con apenas seis meses. «Recuerdo que antes cenábamos en el merendero de mi abuela, que se quedó pequeño. Después, cuando tuvimos la casa rural, hicimos un comedor que también se quedó pequeño. Luego mi tía Almudena en su casa también hizo un merendero que se quedó igualmente pequeño, así que ya nos juntamos en el restaurante», describe José Julián, que termina de trabajar en El Refugio y, sin salir de él, ya está en la celebración familiar.
«Aquí ayudamos todos», asegura. El menú se compuso de langostinos, pulpo a la gallega, tostitas de chaca, almejas, paté y queso de entrantes, un consomé para todos y cordero, cochinillo, cabritillo o bacalao. Y todavía tuvieron para cenar este lunes, tras los correspondientes bingos y partidas de carta. Y lo que sobra, se reparte, informa Diego Marín.
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