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Fernando Valladares –científico del CSIF, doctor en Ciencias Biológicas y profesor de Ecología en la URJC– es una de las voces divulgadoras más combativas del país en la lucha contra el cambio climático. Y mantiene su discurso pese haber sufrido recientemente amenazas y acoso en ... las redes sociales, como otros tantos científicos que señalan las causas y efectos del calentamiento global, por parte de quienes «emplean un argumentario ficticio, agresivo y violento». Lo hará también hoy en las jornadas 'La educación ambiental ante los riesgos de la crisis climática' de la UR, en la que participa hablando de los retos comunicativos y educativos (17.30 horas, Edificio Quintiliano).
– En un momento en el que existen más conocimientos y datos que nunca, ¿por qué crece la desinformación en torno al cambio climático?
– Es un síntoma de las circunstancias históricas que vivimos. Cuando la humanidad se enfrenta a un momento de incertidumbre crecen los populismos, prolifera la demagogia y los políticos con pocos escrúpulos, lejos de escuchar a la ciencia y al conocimiento y establecer medidas protectoras, se lanzan a los brazos de la propaganda sin base mientras agravan el problema. En estos momentos de riesgo deberíamos frenar y escuchar a los expertos en vez de a los desinformados.
– ¿Cómo se dialoga con un negacionista del cambio climático?
– Hay ciertos negacionistas a los que nunca se va a llegar a convencer e intentarlo es incluso contraproducente. Son aquellos que emplean un argumentario ficticio, agresivo y violento, en el que ellos siempre ganan y no hay margen para la lógica. Ante ello debemos emplear la empatía, las emociones positivas o el humanismo para desmontar esa estructura de odio. Es importante pensar que nuestro mensajes no deben ir tanto al que dice disparates sino a terceras personas, esa mayoría silenciosa que nos escucha y a la que tenemos que hablar con sensatez, argumentos y de forma sosegada.
– Son muchos los científicos que habéis sido acosados por hablar del cambio climático y sus efectos, en su caso, recientemente por la dana.
– Es algo desagradable, te genera dudas y miedo, especialmente por las amenazas, cuando te marcan en listas con datos personales y proponen eliminarte. Superados esos primeros días de susto, tienes que ver que no estás solo, que tienes mucho apoyo personal, social e institucional. Vamos a seguir contando la realidad aunque sea incómoda y difícil de encajar, no dejarnos desanimar por los más violentos.
– ¿Se ha alineado la derecha política, sea a nivel global o nacional, con ese negacionismo?
– Es obvio, existen artículos que documentan el avance de la derecha ligado a esa deriva negacionista. Lo vemos en Argentina, donde su presidente está dejando sin financiación y cerrando organismos de investigación. Lo que da escalofríos es constatar que se trata de un discurso financiado, hay empresas y entidades que alimentan esta narrativa. Corremos el riesgo que pensar que es un 'cuñadismo' y no, va más allá, es una estrategia de desinformación con mucho dinero para confundir la evidencia científica y mantener el crecimiento exponencial de la economía y la producción. Algunos harán mucho dinero mientras perdemos un tiempo muy valioso y nos encaminamos a un escenario de daños en forma de eventos extremos, problemas de salud, tensiones geopolíticas...
– El ciudadano medio puede pensar que esta problemática no le afecta en su día a día.
– Así es, y ese ha sido uno de los grandes problemas del cambio climático, es un concepto complejo de entender porque la relación causa-efecto es indirecta. Cuando me desgañitaba explicando que la intensidad y la frecuencia de episodios como la dana en el levante están amplificadas por el cambio climático mucha gente acudía al argumento fácil de «danas ha habido siempre». Lógicamente, a la gente, los análisis estadísticos de atribución le quedan lejanos.
– Otra dificultad parece establecer medidas de protección medioambiental cuando, por ejemplo, otros países no cuentan con los mismos estándares.
– El marco comparativo es uno de los talones de Aquiles:qué hago yo yendo al trabajo en bicicleta si China emite no sé cuántas gigatoneladas de carbono. Son comentarios comunes ante los debemos armarnos de argumentos de tipo ético. La acción individual tiene un valor de empoderamiento, aquel que hace algo en esta dirección adquiere unos derechos, neutraliza iniciativas negativas y contribuye a un efecto multiplicador. Escuchamos a la ciencia, entendemos la gravedad del problema y hacemos lo que toca hacer. Es el mejor antídoto contra el cortoplacismo y los efectos tardan en verse pero están ahí.
– La movilidad sostenible es otro de esos ámbitos de debate, como ocurre en Logroño, donde en la anterior legislatura fue polémica la política de reducción del espacio para los coches, con ampliaciones peatonales y del eje ciclista. De hecho, el actual alcalde ha suprimido un carril bici y desestimado ampliaciones de esta red.
– La valoración científica y objetiva de esto es que hay una marcha atrás. Ante unas medidas de progreso que siguen la evolución lógica en la que están avanzando tantos países, desmontarlas supone un retroceso en valores, salud, prosperidad y bienestar. Eso habla de políticos cortoplacistas, de instituciones, partidos o agrupaciones que miran por unos intereses alejados del bien común y de las recomendaciones científicas. Ante ello la ciudadanía debe hacer una reflexión crítica y preguntarse por qué permitimos eso.
– Hace unos días, el Gobierno de La Rioja retiró la protección especial al lobo ibérico y volvió a reclamar que se permita su caza, ¿qué opina de esta decisión?
– Es un cálculo electoralista e interesado, les da igual lo que digan los ambientólogos o la evidencia de que cazar lobos y reducir su presencia desestructura manadas y genera más ataques al ganado. Además, de que las cifras de ataques que circulan son ridículas, exageradísimas. Los lobos no comen ni matan tanto, debería haber miles de ejemplares más para llegar a esos números; muchos de estas agresiones son de perros salvajes. Si dejasen a los científicos explicarse entenderían que La Rioja es privilegiada por tener al lobo ibérico, una especie que con su mera presencia regula los ecosistemas, hace que hervíboros como el jabalí o corzos se distribuyan de manera distinta y generen menos problemas en cultivos o carreteras, previene enfermedades y amenazas sanitarias como la tuberculosis, reduciendo su prevalencia en el ganado... Sin el lobo gastarías mucho más si lo que te inquieta es el dinero. Si te preocupa la diversidad o la estabilidad de los ecosistemas a largo plazo, la mejor forma de asegurarlos es con un superpredador como el lobo.
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