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Nunca imaginaron que una guerra les expulsaría de su hogar, de su día a día, en unas pocas horas. Los primeros que huyen de la invasión rusa ya llegan a localidades riojanas, en especial a Arnedo, donde convive un tercio de la comunidad ucraniana en la región. Tanto los que llegan con ojos hundidos como quienes les reciben temen que la guerra se alargue. Que su estancia en La Rioja, forzosamente, se extenderá. Aunque aún sienten el horror a flor de piel, ya comienzan a pensar en cómo intentar construir una vida en esta tierra de acogida.
Vivienda, empleo, comida, alimentos, colegio, papeles... Son las primeras necesidades que las administraciones están acometiendo con apoyo de organizaciones sociales. De ellas, la que más preocupa es la vivienda. Pues no va a ser una acogida de unas semanas, sino de varios meses.
En Arnedo, el Ayuntamiento ha ofrecido al Gobierno de España el albergue juvenil o las hospederías de los dos monasterios para alojamiento provisional. «Los ayuntamientos tenemos que comunicar a la Delegación del Gobierno las personas que vengan con necesidades habitacionales, para que el Gobierno de España, en coordinación con el riojano y nuestra colaboración, dé respuesta», dice el alcalde Javier García.
En estos momentos, el Consistorio no tiene una bolsa de pisos propios disponibles. Eso sí, abre la opción a quienes estén dispuestos que indiquen su interés por ofrecer viviendas o habitaciones. Han de dirigirse al correo ayuntamiento@arnedo.com indicando los datos del piso. El Consistorio ya ha recibido el ofrecimiento de una arnedana. Desde ahí, las que se presenten las comunicará a la Delegación.
Por su parte, la Delegación del Gobierno de La Rioja recibe ofertas en el correo informacion.larioja@correo.gob.es. Además, los que quieran acoger familias o menores deben escribir a ucraniaacogimientomenores@larioja.org.
También la Fundación Cultural Arnedana Virgen de Vico, impulsada por el sacerdote historiador Felipe Abad León, pone a disposición de los refugiados dos pisos de su propiedad. «La Fundación quería ofrecerlos a Cáritas desde hace tiempo y, ante la urgencia que surge, los ponen a disposición. Están por terminar de arreglar, pero uno estará terminado en una semana y otro en un mes», explica Javier Martín, párroco arnedano y miembro del patronato de la Fundación.
Si algo piden las familias ucranianas es oportunidades para trabajar, para construirse su vida. La parroquia ofrecerá formación en guarnecido y alfabetización. Alguna empresa ha manifestado su intención de contratar a algunos de los que lleguen. Pero el canal oficial es la Delegación del Gobierno, con la importancia de que cada desplazado se acoja al sistema de acogida temporal.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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