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Los nacimientos siempre son una buena noticia. De hecho, el primer bebé del año ilustra las portadas de cada primero de enero. Es, sin duda, una de las instantáneas más esperadas pero, aunque este 2025 no ha sido así, por lo general es también una de las que se demora cada vez un poco más. La explicación tiene que ver con una tendencia que comenzó a partir de 2008. Ese ejercicio se superaron los 3.500 alumbramientos, una cifra que evocaba a la boyante natalidad de finales de los setenta e incluso de primeros de los ochenta.
Pero transcurrido ese 2008, cada año el número de niños que venía al mundo empezó a caer hasta alcanzar un mínimo histórico a diciembre de 2023. Es más, de acuerdo con los indicadores de natalidad que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de natalidad en esta comunidad en 1976 era de 17,41 nacimientos por cada 1.000 habitantes y a cierre de 2023, este mismo indicador era 6,18, que es lo mismo que decir que había caído más de diez puntos.
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El descenso es igualmente acusado si se mide el número de alumbramientos por cada 1.000 mujeres, en este caso, el índice que hace 50 años era de 74,37 niños por millar de riojanas, en 2023 no llegaba ni a 30, en concreto, se situaba en 29,62.
La situación preocupa porque la comparativa entre nacimientos y defunciones arroja resultados alarmantes. También aquí la comunidad se anota un récord. Nunca antes, al menos desde que hay registros, habían venido a este mundo tan pocos bebés por cada mil fallecidos. En concreto, en 2023, fueron 617,7. Los nacimientos sólo han superado a los fallecimientos durante las décadas del 'baby boom' y parte de los ochenta y, posteriormente, durante los años de bonanza económica previos a la crisis de 2008 que se gestó tras explotar la burbuja inmobiliaria. La población inmigrante que recaló en España en general y en particular en La Rioja dio un fuerte empuje a la natalidad y su huida del país en lo más agudo de la crisis se dejó notar después. Las aulas de los colegios de la región se llenaron entonces de alumnos extranjeros con porcentajes que superaban el 15%, una de las más altas del país, y que se han recuperado este 2024. De hecho, por primera vez, este curso arrancó con más de 10.000 estudiantes extranjeros matriculados en los centros educativos y el anterior se alcanzó el ratio máximo de 17,1%. La Rioja es, además, la segunda comunidad con un mayor porcentaje de estudiantes foráneos, solamente por detrás de Islas Baleares.
Revertir esta situación de baja natalidad es una tarea nada fácil porque no hay un solo factor detrás, sino que confluyen varias circunstancias económicas, sociológicas y demográficas que a su vez tienen un efecto dominó sobre la natalidad. Hoy en día, los jóvenes, antes de embarcarse en la aventura de la maternidad, buscan cierta estabilidad laboral y una nómina fija y suficiente que les permita acceder a una vivienda en la que establecerse. Todo este proceso se retrasa cada vez más porque no sólo es difícil encontrar una casa asequible, sino que los sueldos por lo general no se actualizan al ritmo del IPC.
El resultado final de toda esta confluencia de inconvenientes en la maternidad tiene su reflejo en otra serie de datos que publica periódicamente el INE: las mujeres tienen a su primer hijo cada vez más tarde y además el número de retoños que traen al mundo es también menor. No obstante, aquí también hay diferencias entre las mujeres extranjeras y las españolas. Son las foráneas las que sin duda tiran de la natalidad.
Si analizamos el número de hijos por mujer, en el caso de las migrantes, es de 1,47, y en el de las españolas supera el 1 raspado, (1,05). La edad en la que se estrenan en la maternidad también se ha ido retrasando paulatinamente y a cierre de 2023 rozaba los 32 años, en concreto era de 31,78, nada que ver con los 25 años en los que las jóvenes tenían a su primer bebé en la década de los setenta e incluso primeros de los ochenta. No obstante, siempre hay espacio para el optimismo porque según las proyecciones del INE esta tendencia se revertirá poco a poco en los próximos años y el número de hijos por mujer en 2038, el último al que se refiere la estadística, será de 1,2.
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