Nacional 111, una vía en rojo entre camiones y «paciencia»

Este es el único tramo que se mantiene en la 'Evaluación de la red de carreteras del Estado' de 2023 respecto al del año anterior y lo hace, además, aumentando su índice de riesgo, que pasa de 78 a 81,7 puntos. En el de 2022 también aparecían dos tramos de la N-232 y uno más de la N-120.

Pero, ¿qué hace a esta carretera tan peligrosa? Sus vecinos coinciden en un aspecto: el tráfico pesado. Eriberto Clavería, desde Villanueva, explica que «desde la apertura de Piqueras los camiones se han multiplicado». Y no hace falta estar demasiado rato a pie de calzada para comprobar la verdad de sus palabras: una hilera de camiones, cisternas y hasta vehículos especiales con dos casas prefabricadas atraviesan el puente de la localidad, como también sucede en el tramo de la ermita de Tómalos o en el sinuoso trazado que lleva a Panzares.

Pero los camiones no suponen en sí un riesgo. «Es una carretera peligrosa porque la gente se pone nerviosa. Si te toca un camión delante, es muy difícil adelantar», explica Isabel Barreiro, de Torrecilla. Para ella, la solución pasaría por habilitar «más tramos de doble vía». Y, al mismo tiempo, reclama un apeadero de autobuses a pie de carretera.

La situación del firme, los peraltes o la señalización son correctos, según Javier, otro vecino de Torrecilla, pero todo cambia en fin de semana:«Se suman motos, ciclistas, domingueros... Y no es una carretera adaptada para tanto tráfico». Los animales salvajes también suponen un peligro real, aunque recientemente incluso han ocurrido siniestros protagonizados por ganado. La N-111, con sus curvas, requiere de pericia y de «tranquilidad», según Javier. Pero Manuel Pinillos tiene claro que con «más carriles lentos y zonas para adelantar el peligro disminuiría».

Intervenciones muy complicadas (y caras) tras años de mejoras puntuales y visibles en la Nacional, pero que no han logrado desbancar al tramo de los calificados como de riesgo medio-alto por la Race. Por eso desde la DGT se anunció en enero la instalación de dos radares en la N-111, que llegarán tras colocar otros en la N-232, con el objetivo de sensibilizar y de evitar excesos de velocidad que pueden resultar fatales en una carretera de media montaña.

«Todas las carreteras pueden ser peligrosas, pero teniendo un poco de prudencia se evitan problemas», sentencia Miguel Barquín, torrecillano consorte sobre una carretera que también regala satisfacciones a los amantes del motor como Peter Rich, un inglés de Cambridge que ayer circulaba junto a una decena de compatriotas por la vía. «¿Peligrosa? En Inglaterra las carreteras son mucho peores, con baches y estrechas. Esta me ha gustado mucho», sentenciaba antes de poner rumbo al norte.