114 de los 174 municipios de La Rioja han perdido población desde el 2000

La Rioja, en general, no es que haya perdido población. Desde el 2000 ha ganado el 19% (51.497 habitantes más), pero el crecimiento ha sido claramente desigual, según se desprende del último informe sobre la despoblación de las provincias españolas difundido por la Fundación BBVA-Ivie y elaborado en parte con datos del INE. Logroño y el entorno metropolitano, como Villamediana de Iregua y Lardero no han parado de crecer. De hecho, han sellado durante estos dieciocho años los mayores incrementos de la comunidad. Lardero tiene 7.010 habitantes más ahora que en el 2000, lo que representa una subida del 220,23%, y Villamediana, 5.713 más que entonces (252,79%). Destaca también el caso de Sojuela que ha pasado de tener 81 vecinos a alcanzar los 296 censados (265,43%).

En el lado opuesto se encuentran los municipios que más se desangran y el grueso de ellos están situados en la sierra riojana, que vive sus horas más bajas. Entre todos han perdido 6.070 vecinos, muchos de ellos antiguos habitantes de pequeños pueblos de los Cameros, como así se refleja en las tablas de la parte superior de estas páginas.

El problema no es nuevo y «sentimos impotencia por ver cómo se habla, se escribe y no se actúa». Quien así lo lamenta es Inmaculada Sáenz, alcaldesa de Nieva de Cameros y portavoz de la plataforma SOS Cameros, quien expone a renglón seguido una serie de carencias que sufren los pueblos del entorno. Sin pediatra -al que tienen que acudir está en Alberite- sin iniciativas de servicios sociales que dinamicen la zona y sin inversiones reales. Y como ejemplo, un botón. Se queja de que se gastan dinero en cámaras de vigilancia en el aparcamiento del Club Náutico de El Rasillo y no se invierte en desfibriladores en estos pueblos. «No nos vale que vengan aquí a hacerse la foto porque vemos que se hacen inversiones en otros municipios que aquí no se hacen. Estamos hartos de que nos midan por ratio, no queremos ser rentables, queremos nuestros derechos», clama. Parte de la solución, en su opinión, pasaría por tener una fiscalidad propia en la zona y que las anunciadas subvenciones para hacer frente al reto demográfico no se dirijan a otras cuestiones que no tienen nada que ver. También propone que en esta zona de los Cameros se hagan los cursos de monitores de tiempo libre o de cocina, que hagan una apuesta real en este sentido desde el Servicio Riojano de Empleo, o incluso que también en este entorno se efectúen las prácticas del grado de FP de agentes forestales.

Pedro Somalo, alcalde de Brieva, comparte algunas de las tesis de Sáenz, como la necesidad de una fiscalidad propia para la zona, pero sobre todo cree que la base de todo es que «la administración nos siente en una mesa redonda con agua y pan y no nos levantemos hasta que encontremos una solución». Propone que, por ejemplo, cada uno de los siete valles de La Rioja apueste por una cuestión, en su caso, en el de las Siete Villas cree que se podría hacer de este un destino de naturaleza y paisaje.

Somalo no se queja de las inversiones que se hacen pero lamenta que ninguna de ellas sirve para asentar población porque «ahora tengo el alumbrado nuevo con led, pero no sirve para que los habitantes se queden». «Hoy en día resulta que tenemos el agua nueva, el alumbrado nuevo, pero pueblos vacíos. Nosotros estamos peor que Laponia y Laponia se lleva fondos europeos por despoblación y nosotros no», asegura hilando frase tras frase. «Todo el mundo dice qué bonitos los pueblos, sí, muy bonitos, ¿y? Qué paisajes, qué agua más buena, tenéis hasta lobos, nos dicen, ¿y? Es muy bonito, pero ¿qué vamos a hacer para que esto se mantenga?».

El alcalde explica que no aspira a que Brieva tenga 200 habitantes pero sí 50 o 60 y que los vecinos de la localidad tengan unos servicios básicos.