Hacia un mundo más limpio con energías verdes

En respuesta a esta creciente inquietud –dominante en el debate público actual– surge un nuevo enfoque: la transición progresiva hacia energías renovables, que se presentan en la sociedad como una respuesta viable a los desafíos que entraña el cambio climático. Conocidas como energías verdes o limpias, estos recursos energéticos se extraen de fuentes naturales inagotables, ofreciendo un potencial prometedor para un futuro más sostenible.

La energía solar térmica o fotovoltaica, proveniente de la radiación del sol, la energía eólica, capturada del viento, y la energía hidroeléctrica, obtenida de agua en movimiento, son tan sólo algunas de las opciones que están siendo consideradas para impulsar esta transición. En consecuencia, la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) en convenio con la empresa riojana Aresol, dedicada en su totalidad a proyectos de energías renovables, han decidido crear una única cátedra para «impulsar la formación, investigación y transferencia de conocimiento en las áreas de las energías renovables y la eficiencia energética», llamada cátedra Aresol-UNIR.

A nivel autonómico, el compromiso con el cambio también es firme: el 47,7% de la generación eléctrica de La Rioja en 2022 fue de origen renovable. No obstante, si se compara esta cifra con el 74% al que debe llegar la región en 2030, todo esfuerzo es poco. En opinión de Javier Sánchez, director de la cátedra Aresol-UNIR y director del Máster en Energías Renovables de UNIR, «tenemos unos hábitos de consumo como sociedad que no son sostenibles».

Si para Sánchez la idea principal de las energías renovables es la de frenar el cambio climático, «ya que emiten muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero», también asegura que hay otras cuestiones. «En el aspecto económico, por ejemplo, los costes de las instalaciones fotovoltaicas han bajado tanto que se han vuelto competitivas respecto de las instalaciones de gas natural o de otros combustibles fósiles». Por otro lado, añade, «las energías renovables están creando miles de oportunidades laborales, favoreciendo la economía a nivel local mediante la creación de empleo».

No obstante, la implantación más generalizada de estas instalaciones también se topa con infinitud de barreras. «El principal problema a nivel técnico es que la producción de energía es intermitente», explica Sánchez. «En el caso de la solar, únicamente produces energía en determinados momentos del día, y nunca por la noche». Por ello, asegura, «si no tienes una manera de almacenar esa energía mediante sistemas de almacenamiento como baterías, o te lo compra otra persona o esa energía se pierde».

A nivel ambiental, los problemas relacionados con la transición de combustibles fósiles a energías renovables son aún menos evidentes, ya que son instalaciones que tienen mucho menor impacto ambiental comparativamente. Aun así, tal y como afirma Sánchez, «sí que hay una serie de aspectos ambientales que debemos estudiar». «Ni podemos poner un parque eólico en una zona protegida por mucho que sea energía renovable ni podemos destruir el mundo sólo por producir este tipo de energía, libre entre comillas», opina.

Para la ministra de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, Diana Morant, «el mejor legado que nuestra generación ha de dejar a las generaciones venideras es un planeta habitable», lo cual «vendrá de la mano de un nuevo modelo de energía», tal como aseguró la semana pasada en la presentación del informe 'Energías renovables: inquietudes sociales y nuevos desarrollos científico-tecnológicos'.

Y en el compromiso de alcanzar este objetivo se encuentra UNIR, que mediante actividades de divulgación e investigación persigue ser parte del cambio.