Mujeres con mando en plaza

Las alcaldesas de Logroño, Haro, Cervera y San Torcuato se saludan en la hemeroteca del periódico. Dirigen municipios muy distintos, no militan en los mismos partidos y ni siquiera todas se dedican profesionalmente a la política, pero comparten dos circunstancias: son mujeres y llevan la vara de mando. Las cuatro, además, están dispuestas a repetir si tienen suerte en las próximas elecciones municipales. Una a una, entran en la sala y van tomando asiento entre los gruesos tomos de tapas azules que guardan los ejemplares del Diario LA RIOJA desde su fundación, en el año 1889. Antes del debate, el periodista coge un mamotreto de la estantería y lo abre. Aparece el anuncio de una 'escuela de señoritas' que enseñaba a las niñas gramática básica y labores domésticas. El mundo ha cambiado, por fortuna. ¿Debe cambiar más? ¿Sigue habiendo machismo? Cuca Gamarra (Logroño, PP), Laura Rivado (Haro, PSOE), Estrella Santana (Cervera, PSOE) y Silvia Muñoz (San Torcuato, PP) coinciden en la respuesta: sí. Quizá hayan disminuido las exhibiciones de machismo gárrulo y vociferante, pero sigue existiendo un machismo sutil, insidioso, pertinaz. «A una mujer que da una orden la tildan de mandona, a un hombre le llaman diligente», resume Laura Rivado.

- (Santana). Da un poco de miedo contestar a esa pregunta porque cada uno entiende el feminismo de una manera diferente. Yo soy feminista en el sentido de que pienso que debe haber igualdad total entre hombres y mujeres. Equiparación de salarios y de oportunidades.

- (Rivado). Lo soy si por ser feminista se entiende reivindicar que haya medidas políticas que conduzcan a la igualdad real. Aún estamos muy lejos de conseguirla y debemos seguir poniendo nuestro granito de arena para conseguirla.

- (Gamarra). Sí. Soy feminista porque defiendo la igualdad entre hombres y mujeres. Y nosotras tenemos la responsabilidad, en mayor o menor medida, de promover la igualdad a través de nuestras políticas.

- (Muñoz). Coincido con todas. Yo soy ganadera y, tanto en el campo como en el Ayuntamiento, trabajo en un mundo de hombres. Cuando entré, había una sensación como de «adónde va esta chiguita que nos quiere mandar», ahora en cambio veo un respeto mayor.

- (Rivado). Yo sí. Y lo digo cuando todavía no sé si en la mía será posible hacerlo. Pero debemos hacer un esfuerzo por la paridad. Y debo decir que me está costando más encontrar hombres que mujeres.

- (Muñoz). En San Torcuato somos tres concejales y en nuestra lista seremos dos mujeres. ¡Los hombres parece que estén desaparecidos! Se han hecho cómodos. Yo me presenté porque nadie daba el paso. Pero sí creo que debe haber una paridad.

- (Santana). Yo no creo que deba ser necesario componer una lista pensando en que exista por fuerza una paridad exacta. Lo que hay que hacer es buscar a cada cual según sus méritos. Como creo en la igualdad real entre hombre y mujer, no terminan de convencerme ni las listas cremalleras ni las cuotas. Prefiero fijarme en las ideas, en la capacidad de trabajo. Ahora, dicho esto, una vez hecha la lista, sí me gusta que exista una cierta paridad, que no haya gran diferencia entre sexos.

- (Gamarra). La lista cremallera no me parece la medida oportuna, pero sí debe haber hombres y mujeres en la candidatura. Un equipo debe ser plural, como mínimo un 40-60. En el punto actual, no veo necesario imponer una lista cremallera. Hay medidas que se toman en un momento dado y que luego, cuando consiguen su objetivo, deben decaer. Creo que las medidas deben venir ahora por otro lado: habría que facilitar la conciliación habilitando, por ejemplo, el voto telemático en circunstancias como los permisos por maternidad.

- (Santana). Con esto me pasa un poco como con el lenguaje utilizado. A veces nos pasamos con el desdoble de los y las en los discursos y nos montamos un follón léxico terrible. Es algo a lo que no le doy la menor importancia. No me parece relevante.

- (Rivado). El año pasado sí secundé el paro de dos horas. Este año no lo haré porque acabo de reincorporarme del permiso de maternidad, se acerca el final de la legislatura y queda mucho trabajo por hacer, pero no por cuestiones de campaña. Me sumaré a todos los actos que se convoquen.

- (Santana). En el caso de las generales, sí que influye la fecha. Solo hay que leer los periódicos para darse cuenta. Pero en las autonómicas y municipales es muy diferente. Yo, para hacer huelga, me tendría que ir del pueblo. Cuando eres alcaldesa, importa poco que estés trabajando o no. Lo eres las veinticuatro horas. Acudiré a algunos actos, pero no como alcaldesa.

- (Gamarra). El 8M no debería afectar ni ser utilizado políticamente. Es algo que pertenece a todas las mujeres. Pero sí creo que se está utilizando políticamente y eso no es bueno. No se debería patrimonializar la lucha. Las mujeres somos libres y votamos de manera diferente y a diversas opciones. Este es el día de todas. Sin embargo, también veo un rechazo creciente a la utilización política de esta semana y eso es positivo. Yo participaré en los actos del 8-M. Y en el pleno que celebraremos el día 7 pararemos durante un rato para unirnos a las reivindicaciones.

- (Muñoz). Yo soy ganadera y me resulta muy complicado hacer un parón. Ni lo puedo ni lo debo hacer, porque entonces sí que habría diferencia con los hombres de mi profesión.

- (Gamarra). ¿Pero qué permisos? ¡Si en los ayuntamientos ni siquiera está admitido el voto telemático!

- (Rivado). En mi caso, yo me tomé las seis semanas primeras de descanso y las diez siguientes hice una incorporación parcial. Lo intentas compaginar de la mejor manera posible, pero es cierto que eres alcaldesa todo el rato. Si surge una urgencia por la tarde, tienes que estar. ¿Debería ser obligatorio? No lo sé. Pero si se va a las 16 semanas de permiso paternal y maternal, creo que deberían ser intransferibles. Y que se coja o no el permiso..., eso dependerá de cada caso. Pero que la casilla de salida sea la misma para hombres y mujeres.

- (Gamarra). La medida que se adopte con carácter general debería ser idéntica en el ámbito político. E insisto: para eso haría falta en primer lugar habilitar el voto telemático. Yo he tenido una compañera que tuvo que ir a votar a un pleno cuando acababa de dar a luz. Y en cuanto a los permisos de paternidad y maternidad, el objetivo debe ser fomentar la corresponsabilidad, no que luego sean transferibles. A partir de ahí, yo respeto la libertad de elección de cada uno.

- (Rivado). Es que los políticos no somos seres etéreos. Tenemos obligaciones no solo con nuestros pueblos, también con nuestra familia. ¡También tenemos que hacer la compra!

- (Muñoz). No podemos obligar. Coger el permiso debe ser una decisión personal. Lo digo por mi caso y otros semejantes: yo soy ganadera y no puedo desaparecer 16 semanas. En los pueblos pequeños, además, ser alcalde es casi una labor social.

- (Gamarra). Sí que es cierto que la vida política debe evolucionar. Algunos formatos están lejos de permitir la conciliación. Por ejemplo, las comidas de trabajo. Eso forma parte de una manera más masculina de dirigir y en eso hace falta hacer cambios. La incorporación de la mujer al ámbito de las decisiones, tanto en la política como en la empresa, no es solo una cuestión de derechos, también de productividad. Una empresa se enriquecerá si hay presencia de hombres y mujeres en todos los órganos. No solo es justo, también es positivo

- (Gamarra). ¿Por qué va a ser de derechas?

- (Todas). Es totalmente transversal.

- (Rivado). Hay actitudes que están tan arraigadas que la gente se sorprende cuando les afeas un comentario inapropiado. Y ese machismo sutil puede venir de personas de cualquier tipo de ideología.

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