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Una mujer dando la comunión en San Pablo. Sonia Tercero
La mujer ya es oficialmente parte de misa

La mujer ya es oficialmente parte de misa

«Es normal ver a mujeres realizar lecturas e incluso dar la comunión», admite la diócesis, pero realmente acaba de ser oficializado por el papa Francisco

Diego Marín A.

Logroño

Domingo, 17 de enero 2021, 19:46

La reciente oficialización del papa Francisco de permitir que las mujeres den la comunión y lean en misa no ha supuesto una revolución católica. Más bien significa reconocer una práctica que ya se realizaba desde hace años en muchas iglesias. Desde la propia diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño afirman que esta práctica, la de la intervención de la mujer en la liturgia, es habitual en toda la región desde hace años: «Es normal ver a mujeres realizar lecturas e incluso dar la comunión como ministras extraordinarias de la comunión», afirman fuentes de la diócesis.

Lo que empezó como colaboración, pasando el cepillo o limpiando, ha ido incrementando en relevancia. Para José Manuel Bernal, teólogo alfareño, exdominico y autor de varios libros como el ensayo 'Reflexiones incómodas sobre la celebración de la liturgia', «esto ha sido descubrir el Mediterráneo, es intrascendente porque en casi todas las iglesias han participado y participan las mujeres». «Aunque legalmente no estaba permitido, lo que ha hecho el papa es oficializar lo que ya se hacía», considera Bernal.

Que la mujer se involucre en el rito católico parece algo innegable hoy, incluso puede resultar insuficiente, pero antes se pensaba de otra forma. «Antes tocar la hostia consagrada era sacrilegio», recuerda Bernal. Mirando al futuro, el teólogo riojano piensa que el acceso de las mujeres a órdenes mayores dentro de la iglesia católica «va para rato, antes podrán ser sacerdotes los hombres casados».

«Lo que yo lamento es que se tarde tanto en abrir otras ceremonias», declara el sacerdorte Gerardo Cuadra

Gerardo Cuadra, otro veterano del sacerdocio en La Rioja, además de arquitecto, tiene una opinión parecida. «Hasta a las propias mujeres les asombra esto porque se viene haciendo desde hace tiempo, lo que yo lamento es que se tarde tanto en abrir otras ceremonias», declara Cuadra porque, para él, «hay mujeres que por preparación humana y religiosa no tienen nada que envidiar a algunos sacerdotes». Cuadra aboga por que la mujer también pueda hacer comentarios en misa, no solo lecturas y distribuir la comunión, «aunque comprendo que le cueste a la Iglesia», afirma. Por otra parte, defiende que «en la estructura católica existen montones de responsabilidades que realizan sacerdotes y obispos y que perfectamente podrían hacer mujeres, sin que haga falta que sean sacerdotes, cuestiones intelectuales, materiales, económicas...».

Una de las iglesias riojanas donde habitualmente colaboran mujeres es Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas) de Logroño, donde ejerce el carmelita descalzo Ajay Nazareth desde hace unos meses. «La colaboración de las mujeres en misa no es algo nuevo, en esta iglesia siempre han estado leyendo», expone Ajay Nazareth. Allí hay un grupo de mujeres, fieles del barrio, prestas a ayudar en lo que sea. «Aquí hay muchas y están para todo, lo mismo organizan una colecta que son voluntarias para cualquier cosa que limpian», describe Ajay Nazareth.

El carmelita descalzo Ajay Nazareth, ayudado por una feligresa, este domingo en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en Logroño. Sonia Tercero

José Castroviejo, párroco de la iglesia de San Pablo de Logroño, instantes antes de oficiar la misa dominical de este domingo a las 11 horas, reconocía que «la mujer lleva participando activamente muchos años en la vida de las parroquias como lectoras, catequistas, administrando la comunión... hacen un papel fundamental y me parece extraordinario que el papa haya oficializado el papel de los laicos en la iglesia».

Una de las mujeres que colaboran en la vida de la iglesia de San Pablo es Remedios Martínez, quien señala: «Llevo colaborando desde que se inauguró y ya antes lo hacía en Santa Teresita». Remedios empezó siendo catequista a los 15 años, después participando en el coro y las misas. Actualmente es la coordinadora de los catequistas: de veinticinco, diecinueve son mujeres. Para ella, la oficialización no tiene importancia. «Nosotros seguimos haciendo lo que todos los días escuchamos del Evangelio, para Jesús todos somos importantes y servimos calladamente», declara Remedios, y también destaca que «hay hombres que se están implicando en labores que, hasta ahora, las hacían las mujeres, como la limpieza».

Una mujer da la comunión en Carmelitas. Sonia Tercero

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