El nuevo jefe de la X Zona de la Guardia Civil trabajará por una Rioja «más segura»

Moure ha recordado cuando en noviembre de 1981, a los 14 años, entró en el acuartelamiento de la capital riojana, el destino de su padre. Pocos años después entraría él mismo al Cuerpo donde acumula «35 años de servicio», un servicio que pretende continuar ahora como Jefe de la X Zona. «La Rioja es una de las comunidades con el índice de delincuencia más bajo, pero no debemos ser conformistas», ha explicado. «La seguridad es cada cada vez más demandada por la sociedad y seguiremos trabajando en ese camino», ha añadido.

El coronel ha incidido en la presencia de un cuerpo «con todas las especialidades de la Guardia Civil en La Rioja» que vela por «la vertebración del país». Se ha acordado de los grandes retos: la lucha contra la delincuencia, el tráfico de drogas, los delitos de odio, la violencia de género, los ciberdelitos... pero también ha tenido un guiño con la naturaleza («estamos más sensibilizados con el medio ambiente y el bienestar animal») y con los pueblos («esa España vaciada a la que tanto debemos cuidar».

Y, sobre todo, ha destacado el «capital humano» de la institución, para el que ha prometido luchar para «mejorar los índices de cobertura en algunas unidades» y por renovar cuarteles «cuyas condiciones no son excelentes», para prestar un mejor servicio al ciudadano y unas condiciones más dignas para los agentes.

La emoción ha llegado cuando se ha acordado de su familia, de sus padres Enrique, capitán retirado, y de su madre Mercedes. De su mujer Yolanda y de su hija, Lorea. «Sois un apoyo incondicional», ha dicho con la voz quebrada.

Por su parte, Blázquez ha ponderado las condiciones de organización y mando, pero también «el carácter afable y la capacidad de escucha» de Moure y su larga trayectoria en el cuerpo, con destino en Vizcaya, luego en el GAR, Tráfico... Ambos han recordado también a su antecesor, José Antonio Cubel, en un acto que se ha cerrado con un pequeño desfile y un vino de confraternización.