«Es el momento de plantear unos estudios inclusivos»

Entre sus objetivos está tratar

de lograr que cortar una fruta, pelar zanahorias o cocer verdura sea para este colectivo una actividad tan al alcance de la mano como para cualquiera. O que aprendan a cocinar platos que luego puedan elaborar en casa.

Se trata de un enfoque terapéutico, pero lo que echan en falta es una integración real en las enseñanzas oficiales y una apuesta por su integración laboral. «Recientemente en el Basque Culinary nos encontramos con una usuaria que había estudiado Cocina, pero que había tenido grandes problemas para terminar los estudios porque los centros no están preparados, tampoco hay profesores específicos para atender a estos alumnos».

Frente a este «vacío», él se muestra convencido de la profesionalidad que pueden aportar: «Hemos estado en restaurantes de primer nivel haciendo formación en los que hemos visto posibilidades reales para estas personas, departamentos de cocina donde pueden desempeñar funciones importantes. Y no es una utopía».