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'Housing First' es una metodología de intervención social, nacida hace ya varios años en Estados Unidos y algunos países del norte de Europa, que rompe con el modelo de atención tradicional en escalera, por el que las personas tenían que superar pasos poco a ... poco: de la calle a un albergue, de éste a un alojamiento temporal y, como último escalón, una vivienda permanente. Un proceso largo en el que un alto porcentaje volvía a la calle.
'Housing First' da la vuelta a ese modelo y comienza por la vivienda, un programa que Cáritas La Rioja puso en marcha el pasado año en la comunidad a través de un proyecto piloto ahora en pleno desarrollo.
Partida total 79.067,67 euros desde junio de 2022 a diciembre de este año.
Este año 40.880 euros.
Fondo Ético de Banco Santander 17.000 euros de subvención desde junio de 2022.
Fundación La Caixa 14.750 desde octubre de 2022.
Gobierno de La Rioja 3.039,16 euros a través del IRPF.
«Dentro del programa Personas sin hogar hemos puesto en marcha este proyecto piloto bautizado como 'Housing First (vivienda primero): Personas con hogar', detalla Marcos Montoya, técnico de Cáritas, quien explica que «en España empezó en ciudades como Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia... En La Rioja, como seguíamos con los recursos de siempre, que, de hecho, son dos: el albergue municipal y el centro de baja exigencia Alaska, decidimos poner en marcha este proyecto piloto».
El programa consiste en proporcionar a las personas en situación de sinhogarismo y gran vulnerabilidad una vivienda individual, estable e independiente, con apoyo en función de sus necesidades y demandas», describe el especialista, quien aclara que «desde que se puso en marcha el año pasado hemos tenido ya varios casos que hemos abordado los técnicos, pero también el equipo de voluntarios, que acompañan al usuario a hacer trámites o al médico, a realizar actividades de ocio y tiempo libre o simplemente a pasear. De hecho, 'Housing First' comparte cierta analogía con el modelo de Cáritas, de acompañamiento social y escucha».
De momento el proyecto piloto solo cuenta con un piso. «Tenemos que ver cómo funciona y, además, nuestra intención es que la administración, el Gobierno de La Rioja, vea que este tipo de proyectos son asequibles, que gestionan mejor a las personas y que dan unos resultados mejores que los modelos clásicos», recalca el técnico de la entidad, que detalla que «para que la persona sienta que es su casa hacemos una especie de compromiso, que es como un contrato de alquiler, pero sin renta. Hemos consensuado las cláusulas con la persona y, entre otras, figura que debe hacerse cargo de los consumos: electricidad, agua y gas. Además se fija un año de estancia, pero prorrogable, para que tenga ese sentimiento de pertenencia, de que es su casa y que ha hecho un alquiler».
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