Bloque de pisos en Ezcaray, localidad con alta proporción de viviendas de temporada. S. TERCERO

La mitad de las viviendas riojanas se compran al contado

Las operaciones sin hipoteca proceden principalmente de una venta previa y de los ahorros de inversores particulares

Sergio Martínez

Logroño

Miércoles, 23 de agosto 2023, 07:35

El mercado inmobiliario riojano se mueve este año con cautela después de la escalada que siguió a la irrupción del covid. Nueva pausa ligada al alza desbocada del Euríbor, a la generalizada inflación y a unos pisos encarecidos. Sin embargo, lo que apenas cambia ... en los últimos años es que la mitad de las viviendas riojanas se compran al contado, sin necesidad de hipoteca. Un dato constante y ciertamente sorprendente, que ilustra las dos caras del mercado inmobiliario: frente a las dificultades que encuentran muchos riojanos para acceder a la vivienda y a su financiación, para otros es poco más que un trámite.

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Las estadísticas del Consejo General del Notariado reflejan una realidad que se mantiene siempre en la línea divisoria del 50%. En el mes de junio, de las 342 compraventas que se registraron en la región solamente 170 se financiaron con un préstamo hipotecario, un 49,8%. Es decir, que más de la mitad se pagaron al contado. No es algo casual de este mes sino una tendencia que llega especialmente tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. En 2010, el 56% de las compraventas eran financiadas, dos años después, esa proporción bajaba trece puntos para, poco después, estabilizarse en la mitad prácticamente exacta. El frenazo en seco del mercado inmobiliario y en la concesión de hipotecas llevó a una nueva realidad. El año pasado, la cifra se situó en el 50,4% y de momento, en este 2023, es del 51,3%.

  • 89% de las hipotecas de 2022 se dedicaron a la compra, frente al 55% de diez años atrás

  • 8,46% de las adquisiciones de viviendas las hicieron empresas el pasado año en La Rioja

Los números que ofrece el INE difieren ligeramente, ya que tienen en cuenta las renovaciones y los cambios en las condiciones del préstamo, operaciones realizadas durante el tiempo de vida de la hipoteca, no en el momento de la compraventa. La proporción es similar siguiendo estos datos, cercana al 60%, pero resulta interesante atender a los de los últimos años de la burbuja inmobiliaria, cuando en La Rioja el número total de hipotecas concedidas era superior al de viviendas compradas. Por ejemplo, en 2008, del 134%. Los datos globales del Colegio del Notariado de aquellos años corroboran también ese desfase. Tiempos de crédito fácil y para cualquier destino que desembocaron en la gran crisis.

Ahora la situación está más normalizada y las hipotecas dedicadas a la compraventa de viviendas son claramente mayoritarias, frente a lo ocurrido años atrás, cuando el resto de opciones de financiación tenía un importante peso en el mercado. En 2022, el 89% de las hipotecas riojanas tuvieron como destino la compra de una vivienda, mientras que diez años antes, era el 55%. Este año, el crédito medio para la adquisición de una vivienda es de 115.469 euros –que supone el 72,6% del coste–, mientras que en 2008 llegó a alcanzar los 200.808 euros.

¿Quién puede permitírselo?

Lo que se mantiene estable es esa proporción de pisos que se adquieren sin ningún tipo de préstamo. Ya son más de mil en este año. La principal pregunta es quién puede permitirse un desembolso de estas características. Para Óscar Martínez Solozábal, presidente de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios, «muchas de esas compras provienen de una venta anterior, gente que se desprende de un piso para adquirir otro», señalando también el factor de inversión de los activos inmobiliarios, especialmente «porque ahora el dinero parado en el banco apenas te da nada». «Además, el endurecimiento de las condiciones de las hipotecas también ha contribuido a que bajen», apunta, incidiendo en que «hoy en día no existe un problema de blanqueo como hace años, hay un control exhaustivo».

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Por su parte, Juan Ramón Liébana, secretario general de la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR), describe diferentes perfiles de compradores al contado: «Están los ahorradores, familias de más edad que quieren cambiar de vivienda; aquellos que compran una segunda residencia en el pueblo o del pueblo que la adquieren en Logroño cuando tienen recursos suficientes; quienes reciben una herencia que les permite no depender de un crédito; el dinero del campo también repercute en operaciones de este tipo en años buenos...». Añade Liébana que «frente a la volatilidad de la bolsa, la vivienda es muy rentable».

Precisamente, ese carácter de inversión y especulación de los bienes inmobiliarios es sin duda un elemento que marca estas transacciones sin financiación, incluyendo desde particulares con gran patrimonio económico a empresas y sociedades, protagonistas del 8,46 % de las adquisiciones en La Rioja el pasado año. Compradores, en definitiva, con capital suficiente para asumir grandes sumas de dinero sin necesidad de negociar ni deber nada al banco.

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