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Las comunidades de vecinos se van a ver obligadas a hacer un desembolso extra para adaptarse a la nueva normativa de ascensores que entrará en vigor el próximo uno de julio. El reglamento persigue incrementar la seguridad de estos dispositivos introduciendo sistemas que, por ejemplo, ... impidan que un elevador se ponga en marcha si se detecta exceso de peso.
No obstante, no todas las comunidades estarán obligadas a hacerlo de forma inminente. Dependerá de cuándo les toque pasar la revisión obligatoria cuatrienal, es decir, si los elevadores de un edificio acaban de pasar ahora la revisión tendrán de tiempo otros cuatro años hasta la próxima para cumplir con la denominada instrucción técnica complementaria ITC AEM 1 de Ascensores, publicada el pasado 13 de abril en el Boletín Oficial del Estado. En la práctica es así porque la obligación comienza desde el mismo momento en el que Industria tiene constancia del estado del ascensor.
Los edificios que tengan que pasarla en los próximos meses y no cumplan los nuevos requisitos tendrán un determinado plazo –en función del fallo detectado– para solventar las deficiencias, y si aún así no son subsanadas, la inspección podrá dejar el ascensor fuera de servicio de forma temporal.
El objetivo de la nueva disposición del Ministerio del Industria es, según explica el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de La Rioja, Luis Miguel García Rodríguez, adaptar los equipos más antiguos a los estándares de seguridad de los más modernos, pero no sólo de los elevadores ubicados en bloques de pisos, sino también en los situados en unifamiliares, en edificios de oficinas y también en edificios de instalaciones públicas.
El cálculo de cuántos edificios pueden verse afectados es complicado, aunque estima que en torno al 50% tendrán que introducir algunas de las adaptaciones previstas en la normativa.
De todas las cuestiones sobre las que ahora Industria pondrá el foco con mayor celo, García destaca la instalación de una cortina fotoeléctrica en sustitución del sensor actual, de forma que cualquier persona pueda ser detectada independientemente de su altura, lo mismo que los animales de compañía, que aparecen por primera vez en la norma. Se trataría de evitar que nadie se quede atrapado por las puertas del ascensor. Un incidente que afortunadamente no es habitual, aunque sí se ha producido en alguna ocasión. Por lo demás, «los ascensores son muy seguros».
Los elevadores que no dispongan de ello, deberán incorporar un sistema de protección contra movimientos incontrolados de la cabina de forma que el ascensor pare de inmediato. También se deberá instalar un teléfono, lo que se llama comunicación bidireccional, para poder llamar en caso de que una persona se quede atrapada en el interior; y un dispositivo de control de carga para que el ascensor no se ponga en marcha si detecta más peso del permitido. En la práctica, el elevador dejará de funcionar si, por ejemplo, nota que hay 310 kilos en una cabina preparada para cuatro personas en la que han entrado cinco.
En algunos casos, en aquellos en los que apenas se han introducido mejoras en bastantes años, es probable que sea más práctico cambiar directamente el ascensor que introducir todas las modificaciones. «A día de hoy hay ayudas y puedes cambiar el ascensor entero por un poco más». En cualquier caso, esta decisión deberá pasar por la junta de vecinos porque, aunque el presidente es el representante legal, todos los propietarios tienen que estar informados y se necesita de la mayoría para aprobar un presupuesto.
La media de edad del parque riojano de ascensores ronda los 35 años, pero en ocasiones la edad no significa tanto porque hay elevacargas que tienen medio siglo pero que han ido adelantando las reformas y están prácticamente al día, mientras que hay otros con 30 que no se han actualizado y a partir de ahora tendrán que hacer una inversión importante.
La nueva norma introduce una serie de obligaciones de mantenimiento. Hasta ahora había un protocolo de actuación por parte de las empresas de mantenimiento, pero ahora Industria va a exigir qué hacer en cada mantenimiento y eso, al final, según vaticinan desde algunas de estas compañías, podría suponer un encarecimiento de los contratos. También implicará que en el sector se profesionalice más la figura del técnico de mantenimiento de ascensor con estas exigencias.
Todo cambio en los sistemas de los ascensores tendrá un precio que dependerá de la adaptación que cada comunidad tendrá que acometer. Desde la Federación Empresarial Española de Ascensores (Feeda) calculan que el nivel de gasto más común oscilará entre los 1.000 y los 8.000 euros. No obstante, también pueden darse otro tipo de cambios de tipo administrativo que no tendrán que pagar las comunidades de vecinos, sino la empresa mantenedora.
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