El misterio detrás de los rayos riojanos

Concretamente, en La Rioja se ha podido observar un elevado número de tormentas eléctricas acontecidas en la última semana, con 172 rayos a tierra contabilizados el miércoles 21, de los cuales 71 cayeron en el Valle La Rivera. Por su parte, el máximo de rayos registrados en un único día durante este año se alcanzó el pasado 19 de junio, con 207 descargas eléctricas en el transcurso de 24 horas (80 en Ribera del Ebro y 127 en Ibérica Riojana). Unas cifras que -junto con el resto de datos analizados por la Aemet- ponen de manifiesto la propensión de La Rioja a sufrir este tipo de fenómenos meteorológicos, generados mediante la combinación de determinados factores geográficos y climáticos.

La ubicación de La Rioja en el norte de España, dentro de la región conocida como la Cordillera Ibérica, la expone a sistemas meteorológicos provenientes del sureste, del oeste y del norte, lo que crea condiciones propicias para la formación de tormentas eléctricas. Otras montañas cercanas, como los Montes de la Demanda, también influyen en la aparición de estos fenómenos, ya que «actúan como barreras naturales que provocan la ascensión del aire, generando nubes convectivas y -consecuentemente- tormentas eléctricas», explica Paloma Castro, delegada de Aemet en La Rioja.

La convergencia de diferentes masas de aire en La Rioja es otro factor importante. «El aire cálido y húmedo proveniente del mar Mediterráneo que se mezcla con el aire frío que desciende de las montañas puede generar una inestabilidad atmosférica que también favorece la formación de tormentas eléctricas», añade Castro.

Aunque es poco probable, lo cierto es que no es para nada imposible que un rayo impacte contra una persona. De hecho, el dicho de que «es más probable ser alcanzado por un rayo a ganar el euromillón» es completamente cierto: unas 24.000 personas fallecen anualmente en el mundo por este motivo. En España, específicamente, una media de dos a tres personas fallecieron al año entre 1995 y 2015. Pese a ello, solo el 10% de las personas alcanzadas por un rayo fallece. Un dato que se pone de manifiesto con las 240.000 lesiones que causan estos impactos a nivel global al año.

Para que se pueda producir una tormenta, en cualquier momento del año, se necesitan tres factores esenciales: humedad, inestabilidad atmostérica y un mecanismo que haga que se eleve ese aire húmedo hacia la atmósfera. Una vez se dan estas tres condiciones –y cuando el aire cálido y húmedo se ha encontrado a gran altura con el aire frío que baja hacia la tierra– se produce la 'convección': el aire húmedo se enfría al ascender y el vapor de agua se condensa hasta dar lugar a las nubes, a la precipitación y, en ocasiones, a los rayos. Y aunque las tormentas pueden producirse en cualquier época del año, son más frecuentes en verano, finales de primavera o principios de otoño.