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La normalidad se va abriendo paso, poco a poco, en el centro de salud de Haro, donde el atropello intencionado del lunes que se llevó la vida de una persona e hirió a otras cinco ya no era el único tema de conversación.
«Estamos recuperando la actividad normal –manifestaba Ascensión Alonso, trabajadora del centro–. Ahora ya podemos aparcar, incluso. Ayer quitaron el cordón policial porque se llevaron el coche implicado».
Y es que el miércoles por la tarde trabajadores de la empresa Valoriza, responsable de la limpieza de la ciudad, accedieron al aparcamiento para despejar todo, pero ayer aún mostraba imborrables señales de tragedia. También los restos de una vela donde horas antes se levantaba una lona de campaña para auxiliar a los heridos.
Borja Castresana
Técnico de ambulancia
Si el dolor entre los sanitarios del centro se iba calmando, diluido en necesarias horas de sueño que llegan por goteo, la tristeza entre la plantilla de la unidad de emergencias sigue intacta.
Es el caso de Borja Castresana, técnico de ambulancia, compañero de Manuel Montoya, fallecido en el ataque, y unidos también por una rutina que se quebró en la noche del lunes.
Castresana llegaba ayer con la ambulancia cerca del mediodía, procedente de una llamada y junto a su compañera, culminando 24 horas de servicio que habían terminado por minar las pocas fuerzas que la tragedia le había permitido mantener.
Borja Castresana
Técnico de ambulancia
«Manuel nos dio el relevo con su compañero aquella noche. Nosotros trabajamos el domingo y ellos el lunes. Y hemos vuelto a trabajar hoy», explicaba. Casi exhausto, entre el cansancio y el dolor, explicaba que lo está llevando muy mal. «Hemos llegado y hemos visto su coche todavía aparcado, la taquilla...».
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A pesar de todo, Castresana reconocía que no había miedo alguno a que una situación así pudiera repetirse. «Solo estamos desolados», repetía. Y es que ambos conocían de forma estrecha a todos los heridos. «Se encuentran fuera de peligro, evolucionan bien, pero tampoco sabemos más. He intentado acercarme a ver a un compañero pero no me han dejado porque están recibiendo mucha gente».
La ambulancia de los dos técnicos compartía ayer servicio con otro vehículo medicalizado, con dos técnicos, un médico y una enfermera, que en ese momento había realizado una salida.
El servicio de emergencias sanitarias, que coordina y asiste a la urgencia y emergencia extrahospitalaria en el ámbito riojano, consta de cuatro unidades. La Unidad de Soporte Vital Avanzado de Haro se encuentra en el centro de salud de la ciudad y proporciona cobertura a La Rioja Alta.
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