Sin miedo al coronavirus en la sierra de Alcarama

Por el centro de este municipio de la sierra de Alcarama, con su vara y sonriente, camina hacia su casa Pedro Fernández. Nos cuenta que «para la primera vacuna, mi yerno, Ricardo, nos bajó al polideportivo de Cervera del Río Alhama y, para la segunda, la practicanta de Aguilar del Río Alhama vino a vacunarnos aquí».

«Mi cuñado Valentín y yo no nos enteramos bien, si no, hubiese venido la practicanta también para la primera dosis», comenta el hombre.

Pedro explica que, además de él, los ocho vecinos censados habituales en Valdemadera son Valentín y su mujer Pascuala, su esposa María Paz, sus hijos Ildefonso (el alcalde de la localidad, que vive en Cervera) y Begoña, el marido de esta, Ricardo, y Javi, que vino hace unos años de Castejón.

«De normal estamos cinco en el pueblo y la pandemia no nos ha afectado», indica el vecino. Su hija Begoña y Ricardo residen en Castilruiz, en la provincia de Soria y se vacunaron allí e Ildefonso y Javi lo hicieron en Cervera.

Cuando la mayor parte de la población está vacunada se logra la inmunidad colectiva, también llamada 'de rebaño'. Al explicarle esto a Pedro se ríe y dice: «Rebaño es el ganado y aquí hubo mucho. Yo he tenido hasta quinientas cabezas de ovejas y quince cabras. A mi hijo le metí pastor cuando salió de estudiar hasta que un día me dijo que entraba a trabajar en la Unicable de Cervera y que vendiese las ovejas. Había hecho una nave para mil. Ahora solo quedan doce cabras que tiene Javi».

A sus 92 años (en noviembre cumple 93), Pedro sigue yendo cada día a sus dos huertos para cultivar diferentes productos de autoconsumo. Le sirve para estar activo, aparte de la satisfacción que supone obtener sus propios alimentos. Su mujer, Paz, tiene 91 años, la hermana de esta, Pascuala, 97, y su marido Valentín, 91.

El alcalde, Ildefonso Fernández, añade que con la pandemia ha aumentado el número de empadronados y la gente que vive habitualmente, pasando de cinco a unas quince personas. En verano la población se incrementa considerablemente.

«El año pasado conté ciento veintiséis personas en el mes de agosto y hubo muchos niños», afirma Javi, mientras conversamos con el alcalde.

En Valdemadera no ha habido casos de COVID-19. Los lugareños no saben lo que es tener miedo a este virus que ha pasado desapercibido tanto en el 2020 como en lo que llevamos de 2021. Y esperan que siga así.