Dos menores corroboran que Almeida era un habitual del parque Entre Ríos y que estuvo allí la noche del crimen

Los menores, un niño y un niña, que han declarado en una cámara Gesell, es decir, en una habitación acondicionada para permitir la observación con personas, habrían explicado que Almeida, no solo les observaba, sino que en ocasiones, aposentado en un banco de la zona, les grababa con el teléfono móvil.

Ante el malestar generado por la presencia del presunto asesino, Almeida ha podido seguir la declaración pero le han puesto un biombo para que no pudiera ver a los menores mientras prestaban su testimonio. Junto a él, en la misma sala, se encontraban su abogada y los agentes de la Policía Nacional que le custodiaban.

Aunque Almeida tiene derecho a asistir al procedimiento de este miércoles, Redondo ha recordado que ha rechazado esta posibilidad en otras tres ocasiones en las que había sido citado para declarar.

A partir de ahora, según ha explicado la letrada Alicia Redondo, continuará la instrucción del caso, que está pendiente de alguna diligencia, y confía en que se pueda celebrar juicio antes de que concluya este año.

El presunto asesino, que poco después de declarar ante la juez ha sido trasladado de vuelta al centro penitenciario de Logroño, regresará a la cárcel de Segovia donde fue enviado a los pocos días de ser detenido por el crimen de Lardero. Instituciones Penitenciarias alegó entonces motivos de seguridad.

Álex, de 9 años, fue asesinado en la tarde noche del 28 de octubre en el mencionado barrio de Lardero. Ese día su familia participaba en la celebración de un cumpleaños en un merendero situado en un parque próximo a la vivienda del presunto asesino. Allí, Francisco Javier Almeida habría convencido a Álex, que iba disfrazado de la niña del exorcista, para que le acompañara a su casa.

Un vecino del inmueble en el que residía Almeida se topó con él llevando en brazos al pequeño. Le dijo que una amiga se lo había dejado y se había desmayado. En ese momento la Policía Local y la Guardia Civil detuvieron al presunto asesino y trataron infructuosamente de reanimar a Álex.

Francisco Javier Almeida fue detenido inmediatamente y trasladado a de pendencias de la Guardia Civil. Dos días después, fue enviado a prisión sin fianza y desde el centro penitenciario de Logroño, sin que cumpliera el periodo de aislamiento por COVID, fue trasladado a la cárcel de Segovia donde se encuentra en la actualidad.

Almeida ya había sido condenado hasta en dos ocasiones antes. Primero por un una agresión sexual a una pequeña de 13 años y en 1998, a 30 años de prisión por el asesinato y agresión sexual a una joven empleada de una inmobiliaria. Tras cumplir casi la totalidad de esta última condena en la prisión de El Dueso, en Cantabria, accedió al tercer grado y en febrero de 2020 fue trasladado a la cárcel de Logroño. Dos meses después, en abril, obtuvo la libertad condicional y, bajo la tutela de su hermana, empezó a vivir de alquiler en un piso en Entre Ríos, situado a apenas unos metros de un colegio público y de un parque en el que cada tarde juegan decenas de pequeños.