Los médicos afectados por el cierre del CARPA valoran salir de La Rioja

El Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) del CARPA está organizado por equipos integrados por un médico y una enfermera. En cada turno (de 15.00 a 21.00 horas y de 21.00 a 8.00 horas entre semana y de 9.00 a 9.00 los fines de semana) trabajan dos equipos, uno para la atención en el CARPA y otro para la domiciliaria. «Ahora solo van a dejar uno de los equipos, con lo que los demás médicos tendremos que completar nuestro horario allá donde nos digan», explica el galeno, que reconoce que tras el encuentro fueron varios los que dejaron entrever que quizá la mejor solución sea buscar un destino en otra comunidad autónoma.

Y es que, apunta, se produce una precarización y una alteración sustancial de sus condiciones de trabajo que viene a imposibilitar cualquier tipo de conciliación laboral y familiar. «Nos enviarán a cualquier localidad a hacer horas en los puestos de atención continuada o a completar lo que pueda hacer falta en las consultas», sostiene recordando que hasta el CARPA llegan, por ejemplo, las víctimas de violencia de género, los detenidos, las curas de enfermería además de todas las urgencias de Primaria. «No hay una agenda, no hay un cupo de pacientes... y suelen venir muchos».

«No nos cuidan, no nos valoran. Solo somos una pieza en un tablero de ajedrez que van moviendo», incide el médico que sostiene que es absurdo el cierre a las 21.00 horas, «cuando suele haber un repunte de pacientes. Queremos trabajar, pero también queremos vivir», completa reconociendo que la principal conclusión que sacaron de aquel encuentro es que «no habrá marcha atrás».