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La expedición riojana organizada por la Asociación Riojana de Amigos de la República Árabe Saharaui Democrática para prestar ayuda humanitaria en los campamentos de refugiados de Tinduf regresó ayer a La Rioja. El viaje ha durado nueve días y han sido tan intensos como positivos. «Volvemos súper contentos, primero, por el recibimiento, ha sido una experiencia muy gratificante. Y a nivel profesional hemos trabajado dos equipos en casos de discapacidad y de epilepsia, con la dificultad del idioma y ausencia de informes y medicamentos», expone Myriam Salvá, neuropediatra del Hospital San Pedro.
La asistencia sanitaria en El Aaiún, Auserd, Esmara, Bojador y Dajla, los cinco campamentos a los que han acudido, es muy precaria. Tanto es así que mientras que un equipo de médicos pasaba consulta (más de 400 en una semana), otro se desplazaba en busca de pacientes, sobre todo personas con discapacidad. «Había niños de ocho años que no habían visto nunca un médico o les han dado poca información de lo que les pasa», explica Myriam Salvá. Y es que a los problemas de salud hay que sumar barreras culturales, una movilidad reducida que se agrava sobre la arena, donde las sillas de ruedas no sirven, y también el tabú que muchas veces todavía supone la discapacidad. «Explicarles qué es la epilepsia, por ejemplo, es complejo, porque no es una enfermedad mental como muchos creen», advierte Salvá. Y la neuropediatra destaca que el tratamiento personal, que ha sido «muy humano», a los saharauis «les resultaba peculiar porque no están acostumbrados».
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Pablo Ortiz de Orruño, fisioterapeuta de Aspace Rioja, ya había acudido a los campamentos de Tinduf años atrás pero asegura que el trabajo realizado en esta ocasión ha sido «extraordinario». «Hemos tratado a muchos niños pero es que solo el trabajo de su diagnóstico ha ayudado mucho. Ahora tenemos un trabajo por delante muy intenso y bonito», apunta Ortiz de Orruño. Y es que uno de los objetivos del viaje era poder coordinar las intervenciones a realizar en España a los niños que vengan en verano dentro del programa 'Vacaciones en paz'. «También tenemos un sentimiento de pena al marcharnos porque nos han tratado como si fuéramos de los suyos pero hemos adquirido el compromiso de repetir cada año», declara el fisioterapeuta de Aspace Rioja.
Myriam Salvá
Neuropediatra del San Pedro
Pablo Ortiz de Orruño
Fisioterapeuta de Aspace Rioja
Mohamet Labat
Delegado saharaui en La Rioja
«El proyecto está más vivo que nunca. Yo he viajado muchas veces al Sáhara y esta es la ocasión en que más satisfecho estoy del trabajo realizado porque incluso hemos llegado al campamento de Dajla, que es el más alejado y al que no pensábamos ir en un principio», reconoce José Tomás, presidente de la Asociación Riojana de Amigos de la República Árabe Saharaui Democrática y quien agradece la labor de todos pero, en especial, del Servicio de Rehabilitación Pediátrica del hospital San Pedro.
En las voces de todos los expedicionarios se mezclan el cansancio por estos días de trabajo y el largo viaje de regreso a casa, la satisfacción por la valiosa labor realizada y la pesadumbre por abandonar una zona que no deja de ser un campo de refugiados con personas necesitadas. «Estoy muy agradecido del apoyo recibido y ya estamos intentando organizar un nuevo viaje en abril con Servicios Sociales», anuncia Mohamed Labat Mustafa, delegado saharaui en La Rioja. «Este viaje ha sido todo un éxito por el apoyo prestado a la población vulnerable, sobre todo a niños y personas con discapacidad, y por la visibilidad que ha tenido», considera Mohamed Labat Mustafa.
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