Era el primero, pero no el último. ETA se fijó en La Rioja en numerosas ocasiones, como recogimos en esta serie de reportajes, pero aquella, por ser la primera, fue especialmente dolorosa. También por la virulencia en la intención del comando, que había preparado diez cargas de 'goma-2', de las que hicieron explosión tres. De haber funcionado todo como la banda tenía planeado, las consecuencias para los 120 agentes que viajaban en el convoy hubieran sido terribles.
Las páginas de Diario LA RIOJA (entonces Nueva Rioja) recogieron la conmoción absoluta que invadió la sociedad riojana. La portada del día 23 de julio reflejaba no solo la información y la impresionante imagen del suceso, sino también la tensión que ya estaba instalada entre los riojanos, conscientes de que algún día ETA iba a sembrar el dolor en sus tierras. Por ello, el Editorial, en portada, iba dedicado a decir que en La Rioja «No nos vamos a quedar quietos». «Pedimos justicia. La Rioja no está dispuesta a ser invadida por bandas de asesinos a sueldo», terminaba el texto.
Ya en las páginas interiores, los periodistas contaban que todo apuntaba a ETA, que los explosivos, colocados en el lateral de la carretera, se accionaron a distancia o que los empresarios pidieron que se cerrara durante el funeral. Recogían también las opiniones de los políticos riojanos. Aurelio Ibarrondo, presidente en funciones de la Diputación Provincial, reconocía sentirse «aplanado, confuso y preocupado». Domingo Álvarez Ruiz de Viñaspre, de UCD, hablaba de que «más que vivir en una sociedad, parece que estamos en una selva». Por su parte, Javier Saénz de Cusculluela, diputado socialista, establecía que no cabía explicación alguna para el atentado en La Rioja. Para terminar, Jose María Aznar, entonces secretario general de Alianza Popular de Rioja, hablaba de que había que «acabar de una vez por todas con ETA».
El teniente fallecido llevaba cinco días como monitor en Logroño y estaba destinado en Sabadell, era de Huesca, tenía 49 años y cinco hijos, como se explicaba en el página 8, en la que se hablaba también de que un sargento se encontraba muy grave, 25 habían sido atendidos en urgencias, 3 en la policlínica y otros 7 estaban ingresados en la residencia sanitaria.
En total, Nueva Rioja dedicaba ese día 10 páginas al suceso.
Al día siguiente, el 24 de julio, la portada destacaba a los gritos que había recibido el presidente Adolfo Suárez y el editorial bajo el título 'Que nadie se quede en casa' llamaba a los riojanos a participar en la manifestación prevista para esa jornada en repulsa al atentado. También confirmaba, la autoría de ETA, que había reivindicado el asesinato.
Ya el día 25, la foto de la manifestación protagonizaba la portada del diario. Una protesta que reunió a «entre 4.000 y 5.000 personas en silencio», según recogía la página 8. Cerraba las informaciones de ese día la lectura del manifiesto conjunto elaborado por UCD, PSOE, AP y PCE, que llevó a cabo el alcalde de Logroño, Miguel Ángel Marín.
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