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Ya en el Antiguo Egipto el sombrero surgió no solo como protector del sol, también como símbolo de clase social. Ahora la mascarilla se ha impuesto como obligatoria y, aunque sigue dominando la quirúrgica por ser la más asequible, su uso continuado y diario está empezando a abrir hueco a otras reutilizables y de diseño que ya forman parte de nuestro vestuario, igual que sombreros y gafas.
Una de las mascarillas que más se han visto en los últimos días ha sido la de la UDL, para celebrar su ascenso a Segunda División. En la tienda del club, donde venden el modelo único para adultos y niños por 6 euros, explican que «desde que su uso era recomendado ya venía mucha gente a comprarlas», pero la semana antes del partido contra el Castellón «fue una locura de ventas tanto de camisetas como de mascarillas, la gente se las llevaba para toda la familia».
Obligatorio su uso generalizado en La Rioja desde el 13 de julio, lo cierto es que en la calle ya conviven tejidos de todo tipo, como aquellos que exhiben las banderas de Logroño, La Rioja o Españ; las que muestran conocidas marcas, las simples estampadas cosidas por madres y abuelas reutilizando viejas prendas y las modernas de diseño que se venden en tiendas de moda.
Jesús Barrio y María Ángeles Moreno son logroñeses residentes en Barcelona que estos días revisitan la capital riojana y lo hacen con mascarillas gemelas. «Durante el confinamiento me dio por coser, cogí un patrón y he hecho varias, para toda la familia», explica ella. Tanta maña ha adquirido que, asegura, en un par de días puede confeccionar una docena.
Jesús barrio y maría ángeles moreno
En la misma calle Portales Miguel Llanos porta una vistosa y divertida con dibujos del pato Donald: «Mi mujer es población de riesgo y preferí comprar una antibacteriana que protegiera más, por seguridad, y de las que había ésta es la que más me gustó, me pareció graciosa».
Marta Berra es una ceramista que estos días expone en la calle del Cristo de Logroño junto a Javier Jubera y su mascarilla también llama la atención. «Tengo cuatro, una de Mitsou, otra de un diseñador guipuzcoano... Así apoyo al comercio local. La quirúrgica es muy fea y la mascarilla se ha convertido ya en un complemento más», explica Marta.
Comercio local y diseño son dos conceptos clave en las mascarillas que empiezan a aflorar a pie de calle. La diseñadora riojana Jordana Carrera (Portales, 5) no las confecciona pero las vende convencida ya de que «supone llevar algo distinto». Mapi Crespo, de Atypica (Portales, 28), desvela que «la gente busca mascarillas que combinen con la ropa, se dan cuenta de que va para largo, y las tenemos personalizadas porque se regalan mucho».
Liliana Lima es la responsable de Mitsou (Calle del Cristo, 6), donde elabora mediante la técnica de la estampación numerosas mascarillas no solo para particulares, también para empresas como las de hostelería, para uniformar a sus trabajadores. Sus mascarillas, asegura Liliana, son de Km. 0 porque compra las telas y gomas en Logroño, son reutilizables, lavables e, incluso, se venden con su propia funda.
«Al principio no queríamos hacer mascarillas pero pensamos que las nuestras podían marcar la diferencia, empezamos a preguntar por telas y elementos de mercería, a hacer pruebas de lavado... Era un universo sin explorar para nosotros», recuerda Liliana. El resultado son mascarillas de diseño propio, estampadas a mano y «la gente valora mucho que hayamos comprado toda la materia prima en comercios de aquí».
Liliana Lima
Óscar Solórzano, responsable del vecino bar Asterisco, porta una mascarilla negra, como todo el uniforme. «Vamos todos con una negra, como el polo. Antes llevábamos unas de válvula pero daban mucho calor, estas son más frescas y equivalen a una FFP2», apunta. Las mascarillas de uniforme son ahora un nicho de mercado para empresas de estampación como la citada Mitsou y Camisetas Ahora (Vélez de Guevara, 45), gestionada por José Hernández e Irene Ibáñez, que han llegado a elaborar 250 para una empresa de transporte.
«Ahora hay más demanda. Nos costó empezar porque nos preocupó dar con una empresa cuyas mascarillas den garantías, que no sean simples 'quitamultas'. Nosotros las personalizamos y los ensayos dan incluso más seguridad que las FFP2», apuntan.
José Hernandez e irene ibañez
También estampan las de la tienda Ciclo XXI (Chile, 5). «Yo me la pongo incluso en bici, me voy acostumbrando porque trabajo en un comercio y es necesario e importante», señala Ángel Hernández. Es más, afirma haber vendido alguna a clientes para poder entrar en su establecimiento porque se la habían olvidado en casa.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José Antonio Guerrero | Madrid y Leticia Aróstegui (diseño)
Sergio Martínez | Logroño
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